Su entusiasmo resulta contagioso y en su agenda para los próximos meses aparecen los nombres de otros grandes seductores vinculados al arte, la empresa o las instituciones que prometen aliarse con ella para ganar más adeptos. La idea cautiva por donde pasa: abrir una noche las puertas de la cultura gaditana (en toda su extensión) a los visitantes que quieran disfrutarla. Suena bien y ella lo entona mejor. Pese a sus pocos años, cuenta con la experiencia suficiente para captar voluntades que sumar a la suya.
-¿Cómo surge la idea de promover la 'Noche abierta' en una ciudad de tamaño medio, como Cádiz?
-Llevo tiempo dándole vueltas a raíz de otras ideas parecidas que se han aplicado ya con enorme éxito en Berlín, París o Roma. Cádiz es una ciudad mucho más pequeña y con otras limitaciones, pero he visto a mucha gente con muchas ganas. Un artículo publicado por Lalia González Santiago, directora de LA VOZ, me animó aún más. Lo llevo recortado y lo enseño cada vez que ex-pongo la idea, porque la resume muy bien.
-Ya tiene el compromiso inicial de las instituciones para arrancar en 2007 ¿Qué plazos se marca después de ese comienzo?
-Queremos ir poco a poco, que sea una idea progresiva, en crecimiento, que los ciudadanos se vayan implicando, para que crezca desde la gente hacia las administraciones y no al contrario. Nos gustaría crecer cada año, en horario, en aportaciones, en disciplinas artísticas, hasta llegar al año 2012, que debe ser el de la consolidación.
-¿Tiene este proyecto alguna vinculación con el Bicentenario de la Constitución de 1812?
-No exactamente, pero sí nos gustaría recuperar ese vínculo de la población con las in-quietudes artísticas y sociales, recuperar ese ambiente dieciochesco en el que Cádiz era una ciudad inquieta, adelantada, abierta, cosmopolita, en la que muchas sensibilidades se daban encuentro.
-Asegura que es una idea abierta a la participación de todos, particulares y artistas, empresas y aficionados ¿Hay algún tipo de limitación para sumarse?
-Está abierta a todos, no queremos apoyarnos en subvenciones ni tenemos ánimo de lucro. Es una idea humilde y participativa, pero sí debemos mantener unos mínimos criterios de calidad. No vale cualquier cosa, se trata de abrir la cultura a los ciudadanos, pero con una premisa de compromiso con la creación, en cualquiera de sus formas.