La octava vuelta al mundo que realizó el Juan Sebastián de Elcano contó con una circunstacia muy especial: la presencia de la primera mujer guardiamarina, Esther Yáñez y González-Irún, gaditana de nacimiento y con reconocido entronque marinero.

Además, esta octava vuelta al mundo, que se realizó del 26 de octubre de 1992 hasta el 14 de julio de 1993, contó con otra circunstancia especial como fue el embarque de la primera promoción de la Escala Media. Todos compartieron estudios e idénticos ejercicios, subieron a las jarcias, aferraron drizas y recibieron, humana y profesionalmente, las enseñanzas de un aprendizaje provechoso.

Los puertos a los que arribó el buque-escuela durante esta travesía fueron Santo Domingo, Acapulco, Honolulú, Tokio, Manila, Yakarta, Alejandría y Atenas, que eran lugares ya conocidos por el navío, pero también llegó a otros puertos que aún le quedaban por descubrir como Tidore y Termate, en las Molucas, y el de Mormugao en Goa, la antigua India portuguesa.

La expedición estuvo caracterizada por los más de treinta días sin sol que duró la travesía hasta el Caribe, vientos y calmas en otros trayectos, visitas de cortesías, visitas oficiales y sobre todo un ambiente distendido y de compañerismo.

Un pequeño accidente hizo variar la rutina de Elcano cuando un músico que había subido al palo mayor proel se cayó del mismo. Afortunadamente, el marinero aterrizó dentro de la lona que cubre el puente y sólo se rompió el fémur.

El 20 de julio de 1993, tras los actos de jura de bandera y entrega de despachos en la Escuela Naval en la festividad de la Virgen del Carmen, el Juan Sebastián de Elcano llegaba de nuevo a Cádiz, en otra nueva admirable recalada.