El prolongado cierre al tráfico de la Plaza del Arenal para la ejecución del parking subterráneo ha ocasionado un grave perjuicio indirecto a diversas calles del barrio de San Miguel, que han visto como se incrementaba de forma notable el número de vehículo que las transitan habitualmente.

Según los vecinos, antes de que se limitara el acceso de los coches a este nudo vial estratégico del centro de la ciudad, «no eran más de mil los coches que podían circular por calles que, de por sí, ya sufrían un considerable deterioro», pero la intervención en el Arenal ha implicado que «diariamente, sean unos 15.0000 los coches que pasan por esta zona, sorteando las obras».

Algunas de estas vías, como Empedrada, Vicario, Baja o Caballeros han padecido especialmente el aumento del paso de los vehículos y sufren un levantamiento evidente del empedrado, problemas en las aceras e incluso grietas en algunas de las casas antiguas que las circundan.

Para paliar las consecuencias que la actuación en el Arenal ha provocado en varios de los ramales prioritarios de San Miguel, la GMU ya ha presentado a los vecinos un proyecto de actuación integral en el barrio, que implicaría el arreglo inmediato de las calles Zarza, Galván, Callejón del Duende y Molino de Viento, durante la primera fase de ejecución de las obras, que comenzarían en septiembre, una vez se inaugure el esperado parking.

Para Rafael García, presidente de la asociación de vecinos Cruz Vieja, la remodelación de las calles es una «vieja deuda con el barrio, que llevamos pidiendo que se resuelva ocho años, aunque entendemos que el proyecto es complicado y de alto coste, y que no podía acometerse a la vez que la Plaza del Arenal estaba cortada al tráfico, ya que hubiera resultado caótico para los conductores que tienen que pasar por el centro». No obstante, García reconoce que «ahora es más urgente que nunca que se arreglen las vías, que han sufrido mucho con tanto tráfico para el que no estaban preparadas, porque no podemos olvidar que son calles viejas que ya precisaban antes de arreglos».

La intervención se realizaría de forma progresiva y afectaría, en una segunda fase, a las calles Baja, Vicario, Caballeros y San Miguel, para la que hay prevista una ampliación del tramo peatonal que podría llegar en un futuro hasta Santa Cecilia.

García Ruiz afirmó que la postura de la Gerencia de Urbanismo «ha sido comprensiva, y los plazos que nos han puesto vienen sólo condicionados por la lógica de que todas las calles de San Miguel no pueden cortarse a la vez, así que esperamos que, aunque ya se ha pospuesto hasta final de verano, cuando estaban previstas para julio o agosto».

Los vecinos esperan que todo ello suponga «un cambio de cara del barrio más céntrico de la ciudad, el que visitan todos los turistas, y que también se verá enriquecido cuando se coloque la estatua de La Paquera en la plazuela de San Miguel». Insisten en que la zona es «posiblemente, el primer escaparate de Jerez, y como tal hay que tratarlo».