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Sábado, 1 de julio de 2006
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El transbordador regresa al espacio
La segunda misión tras el accidente del 'Columbia' volverá a probar métodos de reparación del blindaje El 'Discovery' despegará hoy a las 21.49 horas
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El Discovery regresa hoy al espacio, once meses después del primer vuelo de prueba tras el accidente del Columbia, ocurrido el 1 de febrero de 2003 y en el que mu-rieron siete astronautas.

Los objetivos de la misión STS-121 son llevar dos toneladas de víveres y equipo a la Estación Espacial Internacional (ISS), y volver a probar los sistemas de inspección y reparación en órbita del escudo de la nave. Los daños sufridos en el blindaje de losetas del Columbia durante el despegue, por el choque de piezas de aislante desprendidas del tanque de combustible externo, fueron la causa de que el más veterano de los transbordadores se desintegrara hace tres años durante la maniobra de reentrada, cuando la panza de la nave alcanza los 1.400º C.

La misión del Discovery que empieza hoy -el despegue está previsto para las 21.49 horas si no hay contratiempos- incluirá dos largos paseos espaciales, con la posibilidad de un tercero. Uno de los tripulantes de la nave es el alemán Thomas Reiter, astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA), que permanecerá 145 días en la ISS.

Con la incorporación de Reiter al equipo formado por el ingeniero de vuelo Jeff Williams y el comandante Pavel Vinogradov, que despegaron hacia el complejo el pasado 29 de marzo para una estancia de seis meses, el puesto avanzado volverá a tener tres ocupantes, algo que no sucedía desde mayo de 2003, cuando la Expedición Seis regresó a casa.

La tripulación permanente de la ISS tuvo que reducirse a dos astronautas a consecuencia del amarre de la flota de transbordadores tras la tragedia del Columbia, dada la capacidad de la cápsula rusa Soyuz, que se utiliza desde entonces como única enlace para vuelos tripulados entre la Tierra y la ISS.

La vuelta al servicio activo del Discovery, el Atlantis y el Endeavour supondrá, además, que continúe la construcción de la estación, paralizada desde hace tres años y medio porque sólo los transbordadores tienen la capacidad de carga necesaria para transportar hasta el complejo sus principales componentes.

El vuelo más vigilado

El viaje que comienza mañana será el más vigilado de la historia de los transbordadores espaciales. Más de cien cámaras de cine, vídeo y fotografía de alta definición seguirán las evoluciones del Discovery desde el despegue hasta su regreso. 22 cámaras de 16 milímetros registrarán el lanzamiento desde la plataforma de despegue y otras ocho desde la torre de lanzamiento, de tal manera que se cubran todos los ángulos. Durante los 30 primeros segundos de la misión, los técnicos de la NASA podrán ver cualquier fragmento mayor de 2,5 centímetros de diámetro desprendido del tanque de combustible externo; desde los 30 a los 60 segundos, cualquiera de más de 7,5 centímetros; del minuto al minuto y medio, cualquiera de más de 20 centímetros; y, hasta la separación de los dos tanques de combustible sólido, cualquier resto de más de 38 centímetros. El Columbia sufrió los daños fatales 81,7 segundos después de iniciado el despegue, cuando un pedazo de espuma de re-vestimiento de 680 gramos se desprendió del tanque de combustible y abrió en el blindaje una brecha de entre 15 y 25 centímetros.

Un día después del lanzamiento, los astronautas utilizarán una extensión de 15 metros de la grúa del transbordador, equipada con una cámara de televisión de alta resolución y dos láseres, para examinar zonas del escudo de las alas que pudieran haber resultado dañadas durante el lanzamiento. Además, cuando el lunes el Discovery se aproxime a la estación espacial, ejecutará un medio rizo que durante minuto y medio permitirá a los tripulantes del complejo orbital fotografiar el blindaje desde 180 metros, algo que se hizo por primera vez en la misión de agosto de 2005.

Los astronautas tienen programados dos paseos espaciales de seis horas y media cada uno para labores de mantenimiento de la ISS, así como una tercera salida para probar sistemas de inspección y reparación del escudo. Este plan inicial dependerá, en gran medida, de que no se detecten daños en el blindaje, en cuyo caso será necesario dedicar al menos una misión extravehicular a su reparación.

En agosto del año pasado y desde lo alto del brazo robot de la estación, el astronauta Steve Robinson reparó desperfectos bajo el morro del Discovery en un paseo espacial histórico. El regreso a la actividad de las naves estadounidenses será temporal. La NASA ya ha anunciado que la flota se jubilará definitivamente en cuanto se acabe la construcción de la ISS, antes de que finalice la década.

Después, el transbordador será sustituido por un sistema que retrocede hasta tiempos de los Apollo: se basará en cohetes en lo alto de los cuales podrá haber una cápsula tripulada o un depósito de carga. La agencia espacial estadounidese recurrirá a esas nuevas naves para volver a poner un hombre en la Luna en 2018.



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