Muchos jerezanos se sienten en su propia casa, la que ha costado sudor, sangre y lágrimas levantar, como si estuvieran en una mazmorra.

Avenida de la Cruz Roja, carretera de Espera, Altillo, avenida Alcalde Álvaro Domecq, centro histórico... y así podemos seguir con la lista de distritos que se han visto afectados por los asaltos a viviendas que se han vivido en los últimos meses.

Ya hay algunos culpables tras las rejas, las mismas tras las que muchos de los afectados viven ahora y han tenido que colocar para evitar estos robos indiscriminados que vive la ciudad.

Por algunas urbanizaciones de Jerez pululan durante los últimos días asesores comerciales de empresas de seguridad ofreciendo la instalación de alarmas con el reclamo de no pagar las cuotas de los tres próximos meses si la contratan antes del 30 de junio.

Muchas de estas viviendas son auténticas fortalezas. Perros, alarmas conectadas a una central de una reconocida empresa de seguridad, rejas, dobles puertas blindadas, ventanas antibalas.

Gabriel vive por la zona del Cuco y nos da su testimonio sobre lo acontecido con los robos en viviendas.

«Hasta el momento no he padecido ningún asalto. Llevo desde hace años con medidas de seguridad en mi casa, pero hace poco a unos vecinos le desvalijaron la suya mientras salieron a ver los pasos en Semana Santa, justo aquí a lado».

A pesar de ello, Gabriel asegura que han tomado otro tipo de precauciones, menos drásticas, pero que sí acompañan a las técnicas ya utilizadas. «Ahora lo que hacemos es tener más cuidado. Aunque salga a tomar una cerveza cinco minutos cierro todas las puertas de la casa. La de la cocina, la del jardín..., las ventanas. Evidentemente hay preocupación, pero tampoco podemos pasarnos todo el día pensando en lo peor, hacemos nuestra vida diaria con un poco más de cuidado, pero nada más».

Este vecino de Jerez tiene perro, rejas en ventanas y puertas, alarma y «un cartelón que avisa, así que espero que a nadie se le ocurra entrar».

También hay gente para todos los gustos y utilizan la picaresca si no hay dinero para tomar medidas de seguridad de tal envergadura.

En una de las zonas más afectadas por los asaltos a viviendas algunos vecinos han recurrido al hurto apropiándose de los carteles de otros inmuebles que anuncian que la casa cuenta con alarma conectada a una central para colocarla en la suya, y a esperar que los ladrones se amilanen si se fijan en ellas como objetivo.

Los perjudicados han llegado a colocar dichos carteles en la segunda planta de sus casas, en un lugar alto y poco inaccesible para que no se le ocurra a nadie repetir la fea jugada.