La voz Digital
Domingo, 4 de junio de 2006
  Alertas   Envío de titulares    Página de inicio
PORTADA NOTICIAS ECONOMÍA DEPORTES OCIO CLASIFICADOS SERVICIOS CENTRO COMERCIAL PORTALES


CÁDIZ
CÁDIZ
El Pópulo
Imprimir noticiaImprimirEnviar noticiaEnviar

Publicidad

He aquí la joya de la Corona de Cádiz. El barrio-pueblo que lleva recorriendo caminos desde los fenicios hace ya tres mil años, hasta nuestros días. Un humilde y sencillo barrio de apenas 2.400 habitantes, 15 calles y 53 fincas que encierra y guarda dentro de sus entrañas toda la historia y acontecimientos de nuestra dilatada existencia. Un barrio pequeño, que poco a poco con pasos firmes emerge de sus cenizas y por derecho propio, está recuperando su esplendor y su auténtico color en el siglo XXl.

Si su historia tiene tiempos de glorias que lo avalan desde tiempo inmemorial, también en su alma callada encierra dolores y desprecios que le hicieron mucho mal y más sufrir. Resignado y herido se ha pasado más de 40 años de la historia totalmente olvidado, cayéndose trozo a trozo, y pululando en su sociedad la pobreza y la ignorancia como un inmisericorde castigo.

Sus gente sencillas y trabajadoras soportaron estoicamente el látigo de su misma sociedad que los condenó a un tiempo muerto, alimentando tabúes de mezquinas incomprensión. Con la virtud del silencio y la humildad, sus hijos no se resignaron nunca a jugar de perdedores, y como en Fuenteovejuna todos a una lucharon valientemente por recuperar su tiempo y su pasado glorioso y único.

Recorrer sus 15 calles es todo una evocación sentimental y grandilocuente. Es transitar por la historia paso a paso e introducirse en el túnel del tiempo en un espacio relativamente pequeño, pero rabiosamente nuestro y entrañablemente familiar. El único barrio de Europa que puede presumir de tener dos catedrales, un ayuntamiento y una cultura catedralicia a sus espaldas que nos honra y nos distingue a todos los gaditanos.

En la actualidad, el viejo y querido barrio le está dando paso al turismo y por sus recoletas e históricas calles y plazas se cruzan cámaras en ristre turistas de todas las nacionalidades y gente propias atraídos y absortos envueltos en su silencio reposado y misterioso.

Calles limpias y ordenadas, balcones con flores, macetones de verde vegetación, casas rehabilitadas, gente amables y emprendedoras y un selecto abanico de restauración y de bares y mesones típicos con sus brazos siempre abiertos dispuestos a recibir y a agradar a todos.



Sudoku Canal Meteo Horóscopo
Vocento