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Domingo, 4 de junio de 2006
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Alan García busca derrotar al pasado para volver a la Presidencia
Con 36 años fue el mandatario más joven de América Latina
Alan García busca derrotar al pasado para volver a la Presidencia
El ex presidente y candidato a la presidencia de Perú por el Partido Aprista, Alan García, saluda a la multitud. / EFE
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El ex presidente Alan García (1985-90), líder del centro izquierdista Partido Aprista Peruano (PAP), busca derrotar los fantasmas de su gestión, considerada por muchos como desastrosa, para volver a la Jefatura de Estado.
García, que con 36 años fue el mandatario más joven de América Latina, y admite algunos de los errores de su anterior Gobierno, que terminó en medio de acusaciones de corrupción, una inflación estratosférica y su popularidad por los suelos.
Ahora, con 56 años, luce sus virtudes oratorias para afirmar que su juventud le jugó una mala pasada y remarcar que tiene la madurez suficiente para afrontar con éxito un nuevo mandato.
Nacido el 23 de mayo de 1949 y bautizado como Alan Gabriel Ludwing García Pérez, se licenció en Derecho por la Universidad de San Marcos de Lima, se doctoró por la Universidad Complutense de Madrid y amplió estudios de Sociología en La Sorbona y en el Instituto de Altos Estudios de América Latina de París.
Larga trayectoria política
Regresó a Perú en 1978, convocado por Víctor Raúl Haya de la Torre, el fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), base ideológica del PAP, e integró la Asamblea Constituyente que redactó la Carta Magna de 1979.
Al año siguiente fue elegido diputado por Lima y en 1982 secretario general del PAP, lo que catapultó su candidatura a la Presidencia en 1985.
Tras hacerse con el poder, vivió dos años de idilio con el pueblo, con medidas como la restricción del pago de la deuda exterior, el rechazo a los organismos multilaterales, la reducción de gastos militares y la limitación de las importaciones.
El punto de inflexión llegó en 1987 cuando intentó nacionalizar la banca, lo que generó una oleada de protestas lideradas por el escritor Mario Vargas Llosa, que propugnaba una política conservadora. La economía sufrió un colapso, las altas tasas de inflación literalmente evaporaron el poder adquisitivo de los peruanos y se sembró el descontento ante medidas que fueron catalogadas de "populistas".
García debió afrontar, además, el fortalecimiento de Sendero Luminoso y el momento álgido de la prolongada guerra interna.
Una de las acciones de su gobierno más cuestionadas fue la matanza de más de 250 presos en tres cárceles de Lima, en 1986, como respuesta a un motín organizado por presuntos senderistas.
Desprestigio y exilio
El socialdemócrata terminó su gobierno en 1990 con una tasa de inflación acumulada del 7.600 por ciento y su figura política totalmente desprestigiada, por lo que no intentó la reelección.
Tras los comicios de ese año, que ganó Alberto Fujimori, fue nombrado senador vitalicio, pero poco después fue acusado de enriquecimiento ilícito y se le responsabilizó de la matanza en las prisiones limeñas.
En 1992, tras el autogolpe de Fujimori, pasó a la clandestinidad y partió al exilio a Colombia y Francia.
La Corte Suprema de Justicia declaró en 2001 prescritos los delitos, en cumplimiento de una recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y se presentó a las elecciones de aquel año, en las que venció Alejandro Toledo.
Alan García es vicepresidente honorario de la Internacional Socialista y autor de varios libros, entre ellos, El futuro diferente, El Mundo de Machiavello y La década infame.
Está casado en segundas nupcias con la argentina Pilar Nores y tiene cuatro hijas y un hijo.



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