Hace poco más de una semana que acabó la Feria y aún estoy dándole vueltas a varias noticias acaecidas en la misma. No obstante, para no cansarles, prometo solemnemente que ésta será la última columna que escribo sobre la Feria 2006 a pesar de que, en la misma, se han producidos extraños fenómenos en nuestros políticos, atribuibles a la influencia que provoca esa mágica ilusión que nace de la mezcla de los nobles vinos de la zona con el calor del Real. Reitero que no volveré a escribir sobre la pasada Feria -aunque el cuerpo me pida «caña», pues soy consciente de que la edición 2007, a celebrar un mes antes de las elecciones locales, hará que los efectos de la anterior mezcla se multipliquen hasta el infinito.
Sin embargo hoy quiero fijarme en unas declaraciones del actual concejal delegado de Política Territorial -en concreto pueden leerlas en la edición de LA VOZ del sábado de Feria-, en las que anunció su intención de construir sendos túneles que eliminen las calles que actualmente separan la zona de casetas de la de los «cacharritos», convirtiendo en subterráneas desde Avenida de la Feria a calle Rafael Alberti -tras el palacio de Ifeca-, como desde calle Pablo Neruda a Miguel de Unamuno; es decir, la paralela a la anterior al otro lado de las vías del tren.
Con dicho soterramiento, se conectaría peatonalmente el actual recinto ferial con la zona de atracciones; así como con la explanada existente frente al estadio Chapín -donde pretende construir el Palacio de Congresos- y, supongo, ello traería consigo, de un lado la efectiva ampliación del recinto ferial y, de otro, la integración -imagino que tal expresión implica su derribo- del actual Palacio de Ifeca que pasaría a ser Feria.
La idea en sí, a primera vista me parece imaginativa. Lamento que no se le hubiese ocurrido cuando cerró el actual parque, pues entonces habría podido soterrar bajo el Real la prolongación desde calle Córdoba a la Rotonda de la fuente de colores, con el alivio que tal medida habría supuesto para el tráfico rodado. No obstante, como creo que aliviar el tráfico no es prioridad para el indicado munícipe; a quien si le ronda desde tiempo atrás la idea de ampliar la Feria y derribar Ifeca, bueno será recordar algunos datos.
De entrada, coincido con dicho concejal en que estéticamente tal Palacio es feo de castigo, pero mi memoria no olvida que el mismo se construyó hará unos 15 años, gracias al concurso público realizado por la Gerencia de Urbanismo, siendo alcalde precisamente su hoy delegado y, sin tampoco olvidar que la bromita del Palacio de IFECA nos cuesta a los ciudadanos de la provincia la friolera de 4.000 millones de las antiguas pesetitas. Así que tirar Ifeca y soterrar dos calles, que al fin y al cabo sólo molestan una semana al año, de entrada me parece absurdo, a la vez que un inútil despilfarro para la maltrecha economía local.
De todas formas, como estoy optimista y con ganas de ayudar, si lo que le apetece ahora es soterrar calles, permítame que le ofrezca, de forma gratuita, varias opciones que, a buen seguro, los ciudadanos veremos con mayor agrado.
La primera es que, aún a costa de perder algunos aparcamientos del subterráneo de la plaza del Arenal, construya una calle bajo tierra que sirva de entrada y salida a dicho parking y, a la vez, conecte San Agustín y Corredera. Le prometo que, especialmente los vecinos de Fate, Caballeros o Pedro Alonso, acudirán encantados a las urnas a votarle, pues sus calles se han convertido en una especia de M-30 jerezana, sin capacidad alguna para absorber el tráfico que, con la calle soterrada que le insinuó, volvería a su cauce natural, permitiendo llegar directamente desde Alcubilla hasta el centro de Jerez.
Y puestos a soterrar, aproveche el parking de plaza del Caballo para realizar otro túnel bajo la nueva rotonda existente en la Avenida -frente a dicha Plaza-, evitando al que circula por Álvaro Domecq detenerse en la rotonda, con el alivio que igualmente supondría para la circulación. Este túnel se podría repetir bajo la rotonda del Hotel Jerez, conectando la Avenida en ambos sentidos, aliviando la enorme congestión de tráfico que se produce en dicha rotonda, pues quien circulara por la Avenida con intención de seguir por ella, se ahorraría ceder al paso en la rotonda, atravesándola limpiamente por debajo.
Comprendo que estas obras implicarían molestias a los ciudadanos, pero bueno, si hemos soportado la construcción de tres subterráneos a la vez, échele coraje, meta albañiles al tajo y a «currar». ¿ Obritas a mí !