Marcus Gronholm (Ford Focus) lideró la primera etapa del Rally de Italia-Cerdeña desde la disputa de la primera especial hasta la sexta y última del día. Sebastien Loeb (Citroën Xsara), que abrió la pista en cada una de las cronometradas con su Citroën Xsara WRC, con la desventaja que ello supone, finalizó la jornada en segunda posición a 35 segundos del finlandés, seguido del otro Ford Focus de Mikko Hirvonen. Los españoles Dani Sordo y Xevi Pons, con sendos Citroën Xsara WRC, se clasificaron quinto y octavo, respectivamente.

El compañero de Gromholm en Ford, Mikko Hirvonen, que ocupaba la segunda posición tras su jefe de filas, se vio relegado a la tercera tras ser superado por Loeb después de la disputa de la cuarta cronometrada. El piloto que sí sufrió un retraso importante fue Petter Solberg (Subaru Impreza), que debido a un pinchazo en la penúltima cronometrada bajó de la cuarta hasta la sexta posición

Entre los diez primeros

Dani Sordo y Xevi Pons cerraron la primera etapa en la quinta y octava posición. Los dos españoles sufrieron los mismos problemas que su compañero Loeb. Mientras que el francés salía el primero en los tramos, Pons lo hacía segundo y Sordo tercero. Por tanto, ellos también tuvieron que encontrarse con numerosas dificultades en unas pistas sucias y llenas de piedras. «Las pistas de arena tenían muchos agujeros y piedras. Me hubiera gustado tener mejor tracción, ya que el terreno no era nada fácil y he tenido que estar muy atento para no cometer fallos», comentó Pons.

En el caso de Sordo, el cántabro protagonizó una gran remontada tras la disputa de la última especial. Sordo subió desde la octava a la quinta plaza, después de clasificarse cuarto en la sexta cronometrada por detrás de Gronholm, Loeb e Hirvonen. «Me he sentido a gusto con el coche, aunque al principio sufrí de algo de subviraje y hacía mucho calor. Al final de las tres primeras especiales hemos hecho unos ajustes en la suspensión», desveló el piloto.