La presentación del proyecto definitivo que la multinacional sueca del mueble Ikea pondrá en marcha en Jerez volvió a verse ayer empañado por los rifirrafes políticos de los socios de Gobierno, que apuraron convocatorias y protagonismo para rentabilizar políticamente una iniciativa que sus promotores insisten en dejar fuera de toda polémica. Si en la primera ocasión en que se dio a conocer el proyecto hace ya varios meses fue notoria la ausencia del delegado de Urbanismo, ayer lo más llamativo de la presentación del parque comercial que Ikea abrirá en 2008 fue que los codazos se siguieron dando debajo de la mesa pese a las apariencias. Y no sólo hubo dos convocatorias en la que se habló del mismo tema, sino que a nadie se le escapa que en la víspera de conocer el proyecto, mientras el PSA se arrogaba el éxito de la gestión, el PSOE hacía notar que los buenos resultados eran obra de todo el Gobierno.