El Enganche es de esas casetas que no pierde comba con los nuevos años que se avecinan y que vivimos, pero nunca olvida que para estar en el Real de la Feria no se puede obviar la historia.

Fue un grupo de amigos, profesionales liberales, cuando en 1987 decidieron montar su propio chiringuito en el González Hontoria, como otros lo habían hecho antes, después y que lo harán con el trasncurso de los años.

«Eramos chavales de treinta años, poco más o menos», explica Alfonso Rodríguez, a quien le ha caído el honor este año de presidir la caseta. Fue en su día uno de los fundadores: «Era el momento en el que el paseo de caballos tomaba importancia en la Feria y decimos darle un nombre a la caseta relacionado con el animal, y de ahí salió El Enganche».

Han apostado en esta edición por una gastronomía menos tradicional y de más inventiva; berenjenas rellenas de salmorejo y jamón, panes con anchoas del Cantábrico, revueltos de chistorra o cebolla, etc, pero es de las pocas casetas que apuesta por el flamenco y las sevillanas. «Queríamos salir un poco de lo que normalmente se suele presentar en Jerez», confiesa el presidente de El Enganche.

A lo largo de la semana el cuadro flamenco Al son de Jerez: Fernando Soto, Rocío Fernández, Sara Salado; al cante, José Ignacio Franco, a la guitarra; y Manuela Fernández al baile, amenizan el Real con tres pases al día durante toda la semana, y el «noventa por ciento del repertorio es pura bulería», asegura Alfonso.

La caseta ya recibió un premio por su diseño «casi al llegar al Real, un accésit concretamente», recuerda el alma mater de esta garita, lo que le permitió a El Enganche ocupar un sitio de privilegio en el paseo principal.

Desde entonces, ha permanecido aquí, y «esperamos seguir mucho tiempo, porque cuesta mucho dinero mantener una caseta, pero nos pueden más las ganas y el seguir manteniendo la tradición». Aún quedan catorce socios de aquellos veinticinco que la fundaron. Algunos ya no están, pero siempre son recordados.