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Lunes, 8 de mayo de 2006
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LECHE PICÓN
Carta abierta a ZP
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Mi muy querido y respetado Sr. Presidente: Como se puede usted figurar, no escribo personalmente esta carta, puesto que, en los tiempos de mi infancia, cuando usted aún no gobernaba y no pudimos disfrutar de iniciativas tan geniales como las que motivan esta epístola, no era posible que alguien como yo accediera a estudios básicos como la gramática, la caligrafía o la aritmética. Le hago ver, por tanto, que es mi fiel Prudencio, a quien ahora, en vez de mi cuidador, prefiero llamar mi mayordomo, quien escribe estas letras al dictado de quien más abajo suscribe.

El motivo de esta misiva es hacerle llegar mi más sincera felicitación por la iniciativa a que anteriormente aludía. No obstante, tras ese paso decisivo e histórico, no puede ni debe quedar la cosa en una simple declaración de derechos inalienables, sino que se debe profundizar aún más para un pleno y efectivo reconocimiento de nuestro estatus. Así le hago ver, y le solicito, lo siguiente:

1.- A partir de ahora, nada de comida rápida y frutas varias. Prefiero, señor Presidente, el «foie» de hígado de oca, preferiblemente criada en granja francesa, y caviar iraní, a ser posible de la reputada marca «Beluga».

2.- La soledad es una puerta abierta a la depresión. Exijo una hembra hermosa y de carnes prietas, que recién haya alcanzado la adolescencia, a fin de que alivie los lógicos ardores de quien, como yo, es tan macho como un legionario. Tome nota, señor ZP. Y sepa que la cosa es urgente. El onanismo me repugna.

3.- Nada de cigarrillos de marcas baratas. Rubio americano, como mínimo. Así que dé las instrucciones oportunas a mi fiel Prudencio para que no permita que me hagan llegar bazofia de euro y medio el paquete.

4.- Los cristales de mi habitáculo son molestos, reflejan el sol y hacen que se dañen mis delicadas pupilas y, además, no permiten una mínima intimidad. Por tanto, dé las órdenes que procedan para que, a partir de ahora, dicho habitáculo cuente con cortinas de damasco y persianas con mando automático.

5.- El hilo musical es imprescindible. Y si no es pedir demasiado, que suenen constantemente sonatas y conciertos de Mozart (nada de esa horterada de «Opá, yo voy a sé un corrá», que siempre hubo estilos).

6.- Exijo un porcentaje mínimo del treinta por ciento de lo que se recaude en las instalaciones. La esclavitud no está permitida, señor Zapatero. Exijo, pues, un salario digno y las antedichas comisiones.

7.- A partir de ahora, no se debe permitir que me tomen fotos o se graben vídeos con mi imagen si no se me satisfacen previamente los correspondientes «royalties». El derecho a la propia imagen viene recogido en nuestra Constitución.

8.- Hasta ahora, jamás he disfrutado de vacaciones. Se me deben, como mínimo, seis meses. Se me antoja conveniente un buen crucero por el Mediterráneo, todo incluido. Ordene, pues, lo que proceda, señor ZP.

9.- Para mi descanso nocturno, exijo una cama de agua.

10.- Y un jacuzzi, joé.

Baste por ahora, señor Presidente, con este decálogo. Se me ocurren más cosas, pero tampoco es cuestión de abusar. Espero sus prontas noticias, señor ZP, en la confianza de que entenderá que, sin cosas como las que le solicito, la declaración de mis derechos humanos no será sino una simple entelequia. Suyo afectuosamente,

Firmado: El gorila del Tempul.



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