Algún día habrá que empezar a preocuparse por el desvanecimiento de la idea de Europa tras el fracaso de la Constitución europea y por el eclipse de los países grandes -el Reino Unido y Francia, sumidos en sus largas crisis- Italia y Alemania balbuciendo nuevas fórmulas y por las dificultades políticas por las que atraviesan algunos de los nuevos miembros de la UE, Polonia en primer lugar: este país, el mayor de los diez recién incorporados, acaba de dar un paso preocupante. En efecto, el gobierno conservador minoritario del partido Ley y Justicia, que durante siete meses se ha mantenido en una posición precaria e inestable, acaba de firmar una coalición con dos partidos menores que lo estabilizan al formar una mayoría parlamentaria pero a costa de confinarlo en la extrema derecha ya que los dos nuevos socios rechazan la transición democrática, la separación de poderes la economía liberal, el laicismo y el europeísmo de la Polonia poscomunista.