Vuelve a sonar la Primera. El Xerez no quiere tirar la toalla, pretende continuar, al menos una jornada más, en la pelea por el ascenso. De nuevo tienen las plazas de ascenso al alcance de la mano. Han arrancado a tiempo y si incrementa un poco más el spring incluso podrían colocarse con los mismos puntos que el tercer clasificado la próxima semana. Las cosas del fútbol. Los azulinos vencieron, y la mayoría de los rivales directos fallaron para volver a dar vida a la esperanza azulina. No hicieron ni mucho menos el mejor partido de la temporada, no crearon tantas ocasiones como en tardes en las que se han marchado del campo sin ningún punto, y la verdad es que el juego fue bastante aburrido, pero se abrió el marcador con una jugada de estrategia y se cerró con un contragolpe que es suficiente para sumar tres puntos valiosísimos.

Los cambios funcionan. Ayer quedó demostrado que a este equipo no le va la monotonía. Lucas volvió a cambiar el sistema -de alguna manera, obligado por las ausencias- y la variación volvió a surtir efecto. Se retornó al inicial 4-4-2. Moreno formó pareja con Bajic, Castaño hizo lo mismo con Pendín en el doble pivote y Pedro Ríos reapareció en el carril del ocho.

Los azulinos saltaron al terreno de juego conociendo los resultados favorables que estaba dejando la jornada, pero en el prado de Chapín no se apreciaba especial intensidad en unos jugadores que tenían en sus pies el futuro de este equipo en la presente campaña. El juego arrancó feo, sin fluidez y con imprecisiones de los de azul y los de verde. Ninguno de los sistemas se montaba encima del rival. Chocaban toscamente y frenaba el nacimiento de ocasiones de gol.

Los azulinos se volcaban por las bandas aprovechando el retorno de los laterales y los interiores, pero no se pivotaba por la medular. Se abusaba del balón largo en busca de un batallador Geijo y las ocasiones de peligro se dejaban caer en las jugadas a balón parado. Aquí García Granero dio argumentos para demostrar que es un especialista. En el veinte comenzó el show de Juanjo. Como suele ser habitual en el programa del madrileño, arrancó en busca del gol olímpico. No llegó por poco, Bouchard dio otra oportunidad a Granero desde la esquina. Esta vez el madrileño apostó por el primer palo donde peinó Moreno y Bajic remató alto en el segundo. El repertorió continuó con una falta lateral con la que el zurdo estuvo a punto de sorprender al meta rival. Entonces tampoco acabó, lo mejor lo dejaba para el final. Córner, esta vez desde la izquierda, que se prolonga en el primer palo y Bajic, entrando con fuerza desde atrás, manda al fondo de la red de la portería de Bourchard, para reavivar las esperanzas azulinas.

Contragolpe

El tanto xerecista no hizo cambiar demasiado la escena, pues costaba mucho trenzar combinaciones. Los gallegos no se lo pensaban demasiado a la hora de pegarle desde la frontal. Era la única manera con la que intimidaban a Tete.

El descanso sí supuso un punto de inflexión, pues José Luis Vara ordenó adelantar líneas. Ese resultado precipitaba al Ferrol al fondo del pozo y ponía en bandeja al Xerez el planteamiento de los cuarenta y cinco minutos restantes. Tocaba apretarse atrás y salir rápido a la contra.

A los diez minutos lo pusieron en práctica gracias a una anticipación de Pedro Ríos en el centro del campo. Camuñas condujo el cuero hasta pisar el área acompañado del interior jerezano y de Geijo, pero el media punta madrileño decidió darse un homenaje. Se paró, recortó y puso la bola muy lejos del alcance del guardameta francés. Sentencia y tranquilidad, pues el partido ya iba solo.

La Primera División no le vuelve la mirada al Xerez, que todavía esta a tiempo de mirar cara a cara a la máxima categoría del fútbol nacional. Una ocasión para no desaprovechar, pues se trata nada más y nada menos que de la Primera.