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Jueves, 4 de mayo de 2006
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Descubrir la Ermita de La Ina
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Les voy a hablar de la Ermita de la Ina, uno de tantos monumentos existentes en la campiña de Jerez. Convivimos con maravillas como ésta desconociendo todo o parte de su historia. La fisionomía de los «Llanos de La Ina» cambiaría por completo si esta preciosa ermita despareciera, y sin embargo, pocos reparamos en su presencia y desde luego a nadie se le pasa por la cabeza que un día pudiera descubrir. Esta ermita debería ser más conocida porque se erigió hacia el año 1339, en homenaje a una importante batalla que ocurrió precisamente, donde hoy se encuentra este templo. Un hijo del entonces emperador de Marruecos Abul Hassai, llamado Abu-Melik y apodado «el tuerto», fue derrotado el día 28 de octubre de 1339 por el insigne Diego Fernández Herrera. Este señor no sólo venció, sino que logró el Pendón Jerezano y con ello la victoria completa, aunque pagó caro su atrevimiento, muriendo en Jerez quince días más tarde a consecuencia de las graves heridas sufridas en la batalla.

Jerez quiso conmemorar la «Victoria de Aina» construyendo en este lugar una ermita dedicada a la Madre de Dios con el título de la batalla. Esta ermita posee el mérito de ser un notabilísimo ejemplar de la arquitectura mudéjar, con el valor añadido de ser el templo cristiano más antiguo que se conserva no sólo en Jerez, sino en nuestra provincia. Saco a colación el tema, aunque no estemos en octubre, porque si ya es difícil mantener lo que se conoce, imagínense lo que se desconoce.

Desde la Barriada de La Ina, nos hubiera gustado que en esa magnífica autovía que se acaba de inaugurar hubiese un pequeño cartel que hiciera referencia al denostado monumento, y no sólo ha sido así, sino que incluso han quitado nuestro nombre de los paneles de información. ¿Tal y como les cuento! La que siempre se ha llamado Carretera de La Ina, según la ley, no puede aparecer hoy en los panles por no ser población, pero sí pueden aparecer Lomopardo, El Mojo-Gallardo y El Portal (seguramente habrá algún matiz que las haga distintas).

Templos como éste forman parte de nuestra historia y debemos cuidarlos para nuestro disfrute y para el de nuestros hijos. Por eso, hoy doy las gracias a las personas anónimas que durante todo el año cuidan del mismo. También a otras personas responsables e importantes (no digo que las anteriores no lo sean) que han accedido a nuestras peticiones de la limpieza del «entorno verde» que rodea el monumento, como la alcaldesa, Pilar Sánchez, Teresa Vega, el señor Francisco Cañero y especialmente a Jaime de la Calle, por sus constantes desvelos y llamadas para que todo estuviese a nuestro gusto. También animo públicamente al responsable de Desarrollo Rural, Miguel Cabeza, para que haga lo imposible por arreglar el camino de acceso a la misma. A todos ellos, muchísimas gracias.

Mónica Castellet. Jerez



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