La Audiencia Provincial ha dictado sentencia en el conocido como 'caso Ramel' condenando a un año de prisión e inhabilitación especial al líder del Partido Andalucista en Sanlúcar de Barrameda, Antonio Prats. Los hechos juzgados se remontan a 2001 y los calificativos de esperpénticos o rocambolescos se quedan absolutamente cortos. Un conflicto laboral en el servicio de limpieza desembocó en una batalla campal con participación directa, entre otros, del señor Prats y el encierro en su despacho durante toda la madrugada del entonces alcalde sanluqueño, Juan Rodríguez, al que no dejaron abandonar las instalaciones del Consistorio. La sentencia debe servir de una vez por todas para que el PA ponga orden en su agrupación de Sanlúcar y no siga alimentando al individuo que prostituyendo el concepto del andalucismo se ha dedicado en los últimos años a practicar una política de compadreo y olla de garbanzos que nada tiene que ver con esa utopía a la que llamamos nacionalismo andaluz.