El Gobierno tripartito se ha conjurado para primar lo que el propio presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, denomina «cultura de Gobierno» por encima de la «cultura de coalición» reivindicada por los partidos socios del tripartito y especialmente por ICV y su presidente y conseller de Relaciones Institucionales y Participación, Joan Saura, al manifestar su desacuerdo con la remodelación del Ejecutivo.

El 'conseller primer', Josep Bargalló, hizo pública una reflexión que Maragall trasladó en la habitual comida de los lunes del núcleo duro del Gobierno, ayer en ausencia del propio Saura, que se encontraba en el Senado, en la que subrayó que el Gobierno «no ha de hablar de cultura de coalición sino de cultura de Gobierno».

Bargalló señaló que el Gobierno y su acción es «única, unitaria y solidaria», lo que no supone que sea «uniformista ni uniformizada» ni que los consellers deban renunciar a sus planteamientos políticos, pero sí obliga a dejar en manos de los partidos términos como «cultura de coalición».

Según Bargalló, esta reflexión ha sido trasladada al conseller Saura, que se habría mostrado, «evidentemente», de acuerdo, zanjando así la escalada de declaraciones procedentes de ICV, que incluso había llevado a Saura a establecer «un antes y un después» en las relaciones entre los socios del Gobierno.

Junto a Bargalló, el portavoz del Gobierno, Joaquim Nadal, insistió en la «cultura de Gobierno» y sostuvo que cualquier «comentario o especulación» sobre la remodelación del Ejecutivo ya es «pasado puro». «El Gobierno camina»y puso como ejemplo la aprobación de lo que denominó «ley Mil» de derecho a la Vivienda.

En este ambiente, el Consejo Ejecutivo de ayer aprobó la primera tanda de nombramientos de altos cargos fruto de la remodelación hecha efectiva la pasada semana.