Agárrense porque vienen curvas. No sé si será la dolorosa derrota del sábado frente al Levante la gota que ha colmado el vaso, pero lo cierto es que en las últimas jornadas han comenzado a aflorar dudas y comentarios que parecen desestabilizar la estructura de un equipo, de la que hasta el momento se hablaban maravillas.

Y es que ahora, casi de un día para otro, y poniéndonos en el peor de todos los casos, el Xerez se podría quedar sin director deportivo, sin entrenador y hasta sin presidente, pues Morales ya avisa que no aguantará muchas tonterías más. Desde el club despejan balones, afirmando que lo de Lucas con el Málaga y lo de Diego con el Sevilla, sólo son rumores. Pero todo es cuestión de que en La Costa del Sol se empeñen en tener un entrenador de cierto perfil y que en Nervión quieran meter mano en un club con las puertas abiertas. Aquí, de momento, ni se afirma, ni se niega nada. Todo queda en el aire.

El principal problema de todo esto es que podemos llegar al final de la temporada con un gran vacío en lo que a la dirección deportiva respecta. Nadie duda de que Diego vaya a dejar su trabajo sin hacer -pese a que diga que no negociará las renovaciones hasta el final de temporada-. Pero entre una cosa y otra el Xerez se puede plantar en junio sin un técnico ni un director deportivo que planifique la próxima campaña. Esperemos que la cosa quede en rumores y que ese proyecto a largo plazo continúe adelante.