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Martes, 25 de abril de 2006
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CULTURA
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Una ventana hacia África
El viernes se inaugura el III Festival de Cine Africano de Tarifa, un lugar de encuentro y debate donde se proyectarán 75 producciones en un programa repleto de actividades paralelas
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SECCIONES A CONCURSO

Fuera de concurso
El sueño africano, largometrajes: 'Bab'Aziz' (Nacer Khémir), 'Bul deconné!' (Massaër Dieng & Marc Picavez), 'Delwende (Lève-toi et marche)' (Pierre Yameogo),'Dossier Brûlant' (Boubakar Diallo), 'Heaven's Doors' (Imad & Swel Noury), 'Khorma, l'Enfant du cimetière' (Jilani Saadi), 'L'Appel des arènes' (Cheikh Ndiaye), 'L'Enfant endormi' (Yasmine Kassari), 'El Manara' (Belkacem Hadjadj), 'Marock' (Laïla Marrakchi), 'Mémoire en détention' (Jilali Ferhati), 'O Herói' (Zezé Gamboa) y 'Viva Laldjérie' (Nadir Moknèche).

Al Otro lado del Estrecho, documentales: 'Afrique, la parole essentielle' (Ibrahima Sarr), 'Arlit, deuxième Paris' (Idrissou Mora Kpai), 'Caravana' (Gerardo Olivares), 'Conakry Kas' (Manthia Diawara), 'Mediterranova' (Othman Naciri), 'Ma famille africaine' (Thomas Thümena), 'Mahaleo' (Cesar Paes & Raymond Rajaonarivelo) y 'White Canvas, Black Hyena' (Ole Bernt Frøshaug).

África en corto, cortometrajes: 'Ayda' (Aziz Salmy), 'Bisanvil (L'autobus)' (David Constantin), 'Cadre' (Wahid El Moutanna), 'Casa by Love' (Amine Bennis), 'Déjà Loué!' (Meiji U Tum'si), 'Dos encuentros' (lan Griffin), 'Hiyab' (Xavi Sala), 'L'Ami y a bon' (Rachid Bouchareb), 'La Vitrine' (Mohamed Ahed Bensouda), 'Le Bateau en papier' (Jamal Souissi), 'Le Cadeau' (Jamal Souissi), 'Le Sifflet' (As Thiam), 'Pour la nuit' (Isabelle Boni-Claverie), 'Prince Loseno' (Jean-Michel Kibushi), 'R'Da' (Mohamed Ahed Bensouda), 'Safi, la petite mère' (Rasò Ganemtoré), 'Tatana' (João Ribeiro), 'Visa (La Dictée)' (Ibrahim Letaief) y 'Week-end' (Rachid Hamman).

La Diáspora africana

Monográfico Marruecos

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Hay distancias más lejanas que las físicas, espacios que se miden con el metro de la desconfianza, el miedo y la incomprensión. Hay recorridos que se hacen eternos aunque apenas tomen minutos, caminos que se oscurecen y grietas milagrosas por donde se filtra la luz. Hace tres años, un grupo de personas decidió abrir un pequeño agujero en la barrera invisible que separa las costas gaditanas del norte de África. Cultura en mano, se valieron de esa arma pacífica capaz de colonizar mundos sin animar el pánico. Inquietos y perseverantes, decidieron mostrar qué realidades desfilaban frente a los ojos de esa enorme extensión desconocida donde acaba ese gigante carnívoro que llamamos primer mundo. Tres años más tarde y después de haber dado el salto desde la muestra inicial a la entidad de concurso internacional, del 28 de abril al 7 de mayo el Festival de Cine Africano de Tarifa vuelve para ahondar en ese agujero en el sistema, en esa ventana por la que se han filtrado historias, emociones y fraternidades para recordarnos que el ser humano no es tan diferente en el fondo, para demostrarnos que sólo hay que tener miedo a la ignorancia.

«El principal cambio de esta edición ha sido dar el salto de muestra a festival. Eso ha significado contar con un jurado internacional y con la proyección de casi el doble de películas. Mucha ilusión pero también mucho trabajo», explica Mane Cisneros directora de una iniciativa que este año mostrará un total de 75 producciones entre largometrajes, cortos y documentales.

Conformado en un 90% por material inédito, las proyecciones pondrán de relieve el enorme salto cultural entre dos orillas en realidad cercanas. «Existía y sigue existiendo un vacío evidente en el conocimiento del cine africano. Somos el único festival en España y en Europa dedicado íntegramente a este continente porque las muestras que se han hecho sobre él siempre han sido compartiéndolas con otros países», asegura Cisneros que llama la atención sobre las veinte proyecciones del programa itinerante Cine Nómada que el festival ha llevado por distintas partes de España desde enero hasta mayo.

Lugar estratégico entre dos realidades hermanas pero desconocidas, Mane Cisneros llama la atención sobre que haya sido Andalucía la que tome la iniciativa. «So-mos la puerta sur de Europa y estamos dando ejemplo de colaboración entre países, como ocurrirá en esta edición con los primeros contactos de coproducción entre directores», apunta.

Dividido en tres secciones -El sueño africano, Al otro lado del Estrecho y África en corto- el festival guarda también espacio para producciones que no concursarán y que se engloban bajo los epígrafes Pantalla abierta, Diáspora Africana y Monográfico Marruecos. Estas cintas mostrarán parte de la actualidad audiovisual de esta parte del mundo aunque no serán premiadas por los tres jurados habilitados: el internacional, el público y el jurado joven (formado por marroquíes y españoles alumnos del Taller de Cine a uno y otro lado del estrecho).

Entender al otro

Consciente de que su labor supera los límites del ocio audiovisual, Mane Cisneros es consciente del papel que este intercambio cultural puede tener en los conflictos de un momento histórico como éste. «La mirada del otro nos ayuda a descubrir a ese otro en nosotros mismos, ver al extraño que hay en cada uno de nosotros. Conocer otras culturas nos sirve para ser menos endogámicos, para medir lo que nos rodea con otros parámetros», explica. «El mundo ya no tiene vuelta atrás, las fronteras son permeables y la interculturalidad se impone. No hay que olvidar que las actitudes xenófobas tienen que ver con con la ignorancia. Conociendo el día a día de estos países nos damos cuenta de que nadie se va de su casa por gusto. Que la gente que deja a su familia y sus raíces lo hace por las mismas razones económicas o políticas que lo hicieron los españoles hace no demasiados años», apunta.

De muy distintas firmas y temáticas, Cisneros llama la atención sobre cómo «las dificultades han avivado el talento y la creatividad de los directores implicados» así como en la existencia de dos tipos de películas fácilmente identificables. «Por un lado pueden verse coproducciones firmadas por gente nómada, personas que viven en Europa y que ya no son ni de aquí ni de allí. Ellos acercan los contenidos con un lenguaje fácilmente descifrable para los europeos. Por otro lado, están los filmes cien por cien africanos, algo más difíciles de entender para nosotros pero que en África arrasan, como Dossier Brûlan de Boubakar Diallo».

Ajetreados en el ir venir de unos preparativos que parecen no acabar nunca, los organizadores del festival bromean con las dificultades añadidas de proyectar «en las salas de cine más africanas de Europa». «En Tarifa, sorprendentemente, no hay ningún cine, así que llevamos semanas intentando acondicionar lugares alternativos», bromea Cisneros.

Paso a paso, con la satisfacción de un proyecto cuya consolidación demuestra a cada paso la necesidad de su existencia, las personas que hacen posible que África este un poco más cerca de Europa, contemplan esperanzadas los proyectos que se van incorporando. Este año, por ejemplo, y gracias a la ayuda de la Junta de Andalucía, un ciclo de cine africano recorrerá todas las provincias de la comunidad. También para los próximos meses está prevista la edición en DVD de algunas de las cintas proyectadas en la muestra, «las primeras que se podrán adquirir en España en ese formato».

Visita de actores y directores, exposiciones, conciertos, mesas redondas y muchas, muchas palabras para comprenderse, convertirán Tarifa en un lugar algo más sabio y más grande. Al fin y al cabo, como apunta Cisneros, entre África y España «son muchos más los puentes que nos unen que los acantilados que nos separan».



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