El Partido Andalucista confiaba en que los partidos nacionalistas harían una especia de causa común en el Congreso con sus tesis en contra del actual articulado andaluz, al que consideran muy por debajo del catalán. Ayer le dieron una mala noticia: CiU apoyará de forma decidida el Estatuto que salga del Parlamento de Andalucía y desatenderá cualquier petición en sentido contrario.

Así lo comunicó el portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, José Antonio Durán i Lleida, quien dijo que se trataba de un acto de coherencia política y de sentido común: Si CiU ha pedido respeto para la voluntad del Parlamento de Cataluña, debe hacer lo mismo con el de Andalucía.

El Partido Popular de Andalucía, por su parte, empleó parte de la jornada de ayer para defender su tesis sobre la España constitucional. La casualidad, o las contraprogramaciones que habitualmente hacen todos los partidos, Javier Arenas estuvo ayer arropado por otro político catalán de calado: Josep Piqué, presidente del PP catalán.

Arenas, en su introducción, insistió en que la propuesta de reforma del Estatuto andaluz no cuenta con el apoyo de los ciudadanos ni del 40 % del arco parlamentario regional -porcentaje que suman el PP y el PA-. Por todo ello, entiende que no se puede hacer una reforma dividiendo a los andaluces.

Grave error

Para Piqué, dejar al PP fuera de la reforma sería nefasto para la región, porque violaría la voluntad de casi la mitad de los andaluces. Este análisis le llevó a comparar la situación de los procesos de reforma estatutaria de Andalucía y Cataluña. Para el responsable de los populares catalanes, en su comunidad autónoma no hay un Estatuto de toda la sociedad catalana, sino el del tripartito o el del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall.

Piqué lamentó que los nuevos estatutos andaluz y catalán intentan imponer un modelo económico y de sociedad o una determinada escala de valores y principios al conjunto de los ciudadanos que se corresponden con los de las fuerzas políticas que lo aprueban. Esto, abunda el responsable del PP catalán, deja en evidencia algo tan grave como querer sustituir las actuales instituciones por las instituciones de partidos que dependen de mayorías, destacó el ex ministro del PP.