La policía desarticuló un red de traficantes de personas para ejercer la prostitución integrada por un centenar de personas de diferentes nacionalidades y que se extendía por Andalucía, Aragón y Canarias. Las víctimas eran captadas en Rusia, entraban de forma ilegal en España y eran forzadas a trabajar en distintos burdeles. Las mujeres se veían obligadas a ejercer la prostitución para pagar la deuda que habían contraído con los traficantes por el viaje y los visados para entrar en España. Al menos 190 mujeres rusas cayeron en este tráfico. / COLPISA