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Martes, 18 de abril de 2006
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SOCIEDAD
centenario
San Francisco recuerda el seísmo que destruyó la ciudad en 1906
El terremoto causó la muerte de más de 3.000 personas, dejó a otras 250.000 en la calle y redujo a cenizas la floreciente metrópolis
San Francisco recuerda el seísmo que destruyó la ciudad en 1906
San Francisco recuerda en su centenario el terremoto del 18 de abril de 1906. / EFE
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San Francisco vuelve hoy la vista 100 años atrás para rememorar el catastrófico terremoto de 1906, mientras en el aire sobrevuela la pregunta: ¿cómo reaccionaría hoy la ciudad ante un seísmo similar?
En el aniversario del temblor del 18 de abril de 1906, que causó la muerte de más de 3.000 personas, dejó a otras 250.000 en la calle y redujo a cenizas la floreciente metrópolis, ciencia y cultura van de la mano.
San Francisco vive estos días obsesionada por la posibilidad de que una catástrofe de parecidas proporciones vuelva a sacudir la bahía, mientras que, en el lado más festivo, reconoce el importante papel que tuvo el seísmo para dar forma a la cultura no sólo de la ciudad sino de todo el Estado.
En la primera parte de la ecuación proliferan estos días los estudios que tratan de cuantificar daños mediante sofisticados modelos informáticos.
Riesgo de terremoto antes de 2033
Este es el caso del presentado por la firma de ingeniería Charles Kircher & Associates, elaborado especialmente para la conferencia que se celebra esta semana con motivo del aniversario del terremoto.
De acuerdo con esta firma, el número de muertos que se producirían de forma inmediata, nada más atizar el terremoto (y sin tener en cuenta accidentes posteriores, como incendios) sería de 1.707 en todo el área de la bahía.
Los científicos calculan que hay un 62% de posibilidades de que un gran terremoto golpee la zona de aquí al 2033 por lo que, para muchos, el asunto no es si el desastre se producirá, sino cuándo.
Es algo de crucial importancia, ya que numerosos puntos débiles están en plena fase de apuntalamiento y necesitarán años para completarse.
Este es el caso del Bay Bridge, el puente que une San Francisco con el este de la bahía (Oakland y Berkeley) y que sufrió un derrumbamiento parcial en el terremoto de 1989; el sistema de transporte público (BART) o las canalizaciones de agua.
Cambio tras la desgracia
Al lado de las investigaciones y conferencias más agoreras sobre la calamidad que se nos viene encima, San Francisco también recuerda que, sin el terremoto, la ciudad no sería la misma.
"El terremoto de San Francisco es un momento decisivo para California", ya que, al separar pasado y presente, "transformó las percepciones y los prejuicios", escribe David L. Ulin en su libro de 2004 The Myth of Solid Ground.
Como resultado, indica Ulin, el seísmo "es la génesis de la California contemporánea, el origen de nuestra identificación como 'territorio terremoto', un paisaje de devastadoras posibilidades, donde la esperanza y el terror pueden coincidir de manera repentina".
Una idea que se refleja en parte de la obra literaria de Nathaniel West (The Day of the Locust), de la celebrada novelista Joan Didion o, más recientemente, Las confesiones de Max Tivoli, el aclamado libro de Andrew Sean Greer.
En el ámbito de lo audiovisual, el desastre supuso el despegue de la fotografía documental como nuevo género, sobre todo de la mano de los aficionados gracias a que las primeras cámaras asequibles para el gran público acababan de salir al mercado.
De hecho podría decirse, dando un salto adelante, que la factoría Hollywood se construyó, al menos en parte, cuando se produjo esta "ruptura entre la experiencia y la imaginación, trauma y escape", escribe David Wyatt en su libro de 1997 Five Fires: Race, Catastrophe and the Shaping of California.
El terremoto fomentó el impulso por las invenciones, y la filosofía de vivir el momento que se remonta a la Fiebre del Oro que dio origen a la ciudad.
Este espíritu se refleja en la poesía "beat" de los años 50, los experimentos con alucinógenos durante la década de los 60 y el florecimiento de la música y el arte experimentales que continúa hoy día.
Como señala Steven Winn, del San Francisco Chronicle, 1906 continúa entre nosotros en muchas maneras, ya que vivimos, literal y figurativamente, "en medio de numerosas fallas, donde cualquier cosa es posible".



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