El ex vicepresidente del Gobierno, diputado y presidente de la Fundación Pablo Iglesias, Alfonso Guerra, se felicitó ayer en Bilbao por el trabajo desarrollado por el PSOE y el Gobierno para «cepillar como un carpintero» tanto el plan Ibarretxe como la reforma del Estatuto de Cataluña, con lo que considera que se ha impedido la ruptura de España.

Durante su intervención en el congreso de las Juventudes Socialistas, celebrado en Vizcaya, Guerra mostró su rechazo a la reclamación del «derecho a decidir» formulada por el nacionalismo porque cree que condenaría a la mitad de la sociedad vasca a vivir «en guetos o en un gulah».

No obstante, animó a la sociedad vasca y a la española a aprovechar la oportunidad de conseguir la paz que se ha abierto con el alto el fuego permanente de ETA y cargó contra el Partido Popular por no asumir, dijo, que en el año 2004 perdió las elecciones y pretender restaurar «la España anterior a la democracia».

Alfonso Guerra admitió que España tiene un problema territorial en su configuración interna. De esta forma, afirmó que la instauración del régimen autonómico en el título octavo de la Constitución dio un resultado «bastante positivo» en su inicio, pero apuntó que, bajo el Gobierno del PP, el presidente José María Aznar se dedicó a «criminalizar a todos y se opuso de manera brutal» a las comunidades autónomas.

En su opinión, esta actitud provocó que las instituciones regionales se «calentaran» y comenzaran a redactar unos estatutos «infumables» como el plan Ibarretxe o el Estatuto catalán.