Se comprometen a ser «agentes activos» por la paz y defienden un «diálogo sin condiciones» para terminar con la violencia. Centenares de mujeres, militantes de casi todos los partidos y sindicatos vascos y navarros a excepción de PP y UPN, presentaron ayer en el Palacio Miramar de San Sebastián un manifiesto en el que parten tanto de lo que les une y como de lo que les separa para «explorar pasos hacia adelante en la búsqueda de paz y la reconciliación».

La socialista Genma Zabaleta, Genma González de Txabarri (PNV), Jone Goirizelaia (Batasuna), Nekane Alzalei (EA) o Kontxi Bilbao (EB) son algunas de las impulsoras del documento, suscrito a título personal, y en el que consideran que el País Vasco debería poder cambiar si lo desea el actual marco jurídico-político y creen que el resultado de este debate democrático debería ser aceptado por todos.

Las firmantes buscan «dar un impulso» a la actual coyuntura y «ayudar» en la búsqueda de soluciones sin «sustituir a nada ni a nadie» y mantienen que «el diálogo sin prejuicios y sin condiciones es un buen punto de partida, como lo es el respeto a los derechos de todas las personas».

En este punto subrayan la necesidad de «poner en valor una militancia común al margen de la propia: la militancia por la paz ante tantos saboteadores que la paz tiene siempre en todos los conflictos en los que es necesario alumbrarla». «Creemos que las mujeres debemos ser agentes activas por la paz y participar en un nuevo proceso de esperanza que se debe abrir en nuestro pueblo», afirman.

Consideran que la paz tiene que sustentarse en tres premisas. La primera, que la consecución de la paz es una «exigencia colectiva y una prioridad política». La segunda, que «todos» los proyectos políticos «se pueden y deben defender» sin que haya que «imponer» ninguno.

Garantías democráticas

La tercer premisa consiste en que, si la sociedad vasca desea «transformar, cambiar o mantener» su actual marco jurídico y político, «todos deberíamos comprometernos a respetar y establecer las garantías democráticas necesarias y los procedimientos políticos acordados para que lo que la sociedad vasca decida sea respetado y materializado y, si fuera necesario, tuviera su reflejo en los ordenamientos jurídicos».