feria del caballo 2006

Punto final a una Feria del Caballo marcada por la botellona juvenil

A media tarde algunas casetas echaron el cierre e iniciaron un desmontaje que se prolongará durante la semana, en la que se dará a conocer las cifras oficiales de visitantes

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Se acabó. Fin. Ayer la Feria del Caballo 2006 se despidió hasta el año que viene, no sin contabilizar un buen número de damnificados por el cansancio y por la ruina a la que se enfrentan hasta que llegue primeros de mes.

Además, la Feria se despide sin traca final. Los fuegos artificiales cuestan una pasta y sólo hay para un día, pero que una Feria de este caché se despida a la francesa, es como menos, incomprensible.

El domingo de Feria ya no es lo que era. Desde que desapareció el Lunes de Resaca en el calendario feriante en favor del Día del Patrón San Dionisio -que sólo lo celbera el Consistorio-, la jornada de clausura de la Feria del Caballo son unas horas para los abuelos y los niños, la familia y para los jartibles.

Cierto es, que la mañana y la noche del sábado se junta con el amanecer del domingo, pero también a muchos les espera hoy el primer día de trabajo y hay que reponer fuerzas.

A media tarde se pudo comprobar como algunas casetas de adelantaron e iniciaron a desmotar el tinglao, lo que no dice mucho en favor de la imagen de la fiesta más importante para la ciudad.

Llegada la noche sólo unas casetas aguantaron el tipo por mor de la fiesta, porque hasta la medianoche hay permiso.

Poco público la noche del sábado. Calles semivacías. Una noche floja, floja, comparada con la de el viernes, incluso con el inicio de la Feria.

Sí que han sido miles los visitantes, jerezanos la mayoría de ellos, y muchos extranjeros los que han pasado por el Real del González Hontoria, pero llegando la recta final, el loable público dijo ¿basta!

Sólo los que no han podido disfrutar de la fiesta durante la semana, por que el trabajo se lo impedía, fueron los que aprovecharon la jornada sabatina para liarse la manta a la cabeza y disfrutar del ambiente en las casetas o fuera ellas.

Una año más, los jóvenes siguen siendo noticia de primera por la forma en la que viven la fiesta. La dispersión sólo ha hecho que el botellón se instale en cualquiera de las calles que conforman el recinto del Hontoria y no sólo en la antigua zona de los cacharritos donde están ahora las casetas denominadas «juveniles». Además, el espectáculo ha sido bochornoso más allá del paseo Nuevo. Cargas policiales contra unos imberbes que no tienen conciencia de que la Feria es una fiesta, y como tal debe vivirse.