Las lluvias torrenciales en el norte de Nueva Zelanda han comenzado a disminuir, después de varios días en los que el intenso temporal ha obligado a cientos de personas a abandonar sus hogares. La isla de Nelson ha sido uno de los escenarios más golpeados. Allí las viviendas han quedado completamente destrozadas por las inundaciones. Pueblos en la zona norte han sufrido cortes en el suministro eléctrico, además de quedarse aislados debido al agua en las carreteras. -Redacción-
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