Wolfgang Schäuble se va de Finanzas, pero queda la austeridad en la UE

Incluso los negociadores griegos asumen que su legado perdurará

El titular de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble (i) estrecha la mano de su homólogo luxemburgués, durante una reunión de ministros de la Eurozona en Luxemburgo Afp

ROSALÍA SÁNCHEZ

«Ocho años son suficientes» , dijo Wolfgang Schäuble en su despedida del Eurogrupo, haciendo un balance muy positivo de su paso por Bruselas como ministro de Finanzas alemán. «Incluso los más escépticos, los que no creían que fuésemos capaces de mantener la estabilidad del euro, deben ahora reconocerlo», retaba, resumiendo el legado de austeridad y la mano firme con la que mantuvo el pulso por la disciplina fiscal incluso en los peores momentos de la crisis.

«Es un hueso , como ese profesor que todos tuvimos en el instituto, que nos lo hizo pasar muy mal y al que odiábamos entonces, pero que nos inculcó valores que conservamos toda la vida y al que terminamos recordando con cariño», comentaba este martes uno de los técnicos griegos que sufrió las peores tensiones entre Schäuble y Varufakis , y que admite ahora que «Schäuble se va, pero la austeridad queda» en la cultura presupuestaria europea . Y no se refería al documento de tres páginas, elaborado por sus colaboradores en el mes de julio y con el que Schauble se despedía este martes del Eurogrupo, sino a la convicción de que «los presupuestos europeos no volverán a ser lo que fueron antes de la crisis».

El «non paper» alemán, definición que figura en su título para subrayar su carácter de documento informal, desaconsejaba un presupuesto del euro, así como un seguro de desempleo europeo y cualquier iniciativa que huela a mutualización de la deuda europea . Schäuble solo se avenía a la creación de un Fondo Monetario Europeo si al rescatar países estos se someten a una estricta condicionalidad en forma de reformas.

Su testamento

Además habla de la necesidad de reforzar las reglas fiscales de austeridad y señala que la competencia de vigilancia presupuestaria debería quedar en manos del nuevo Fondo Monetario intergubernamental, todas ellas propuestas de disciplina que, más que transformarse en medidas, pretenden servir de testamento, casi de carácter moral, que el político europeo de más trayectoria deja a sus sucesores.

Si Merkel nombrase libremente esa cartera en el próximo gobierno, sería para Peter Altmeier , estrecho colaborador que cuenta con toda su confianza. La canciller tiene grandes planes para Europa en esta legislatura y se sentiría más cómoda si en el Eurogrupo se sienta uno de los suyos .

Pero las negociaciones para la «Coalición Jamaica» pueden obligarla a sacrificar ese puesto a favor del líder de los liberales del FDP, Christian Lindner , o del experto liberal en Finanzas Wolfgang Kubicki . Lindner ya ha advertido que su partido se equivocó en 2009 cuando entró en el Ejecutivo con Merkel ocupando la cartera de Exteriores. «La única manera de mirar de tú a tú a Angela Merkel es con el Ministerio de Finanzas» , ha repetido en varias entrevistas. También puede suceder que el partido hermano de la CDU de Merkel, los socialcristianos bávaros de la CSU, exijan el cargo para uno de los suyos, Markus Söder , hasta ahora ministro de Finanzas de Baviera. Pero cualquiera de esos nombres significa austeridad y mano dura.

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