Vida y milagros del atracador que huyó en un helicóptero en Francia
Nacido, crecido y educado en la «banlieue», los suburbios del norte de París, el primer «libro de cabecera» de Redoine Faïd fue una película, «Sleepers» (Los hijos de la calle, 1996)
Perseguido por 3.000 policías, armados hasta los dientes, Redoine Faïd quizá sea feliz, consumando, al fin, el más íntimo y turbador de sus sueños adolescentes: convertirse en un legendario atracador , a imagen y semejanza de sus héroes cinematográficos.
Nacido, crecido y educado en la «banlieue», los suburbios del norte de París, el primer «libro de cabecera» de Redoine Faïd fue una película, «Sleepers» (Los hijos de la calle, 1996), dirigida por Barry Levinson, interpretada por Vittorio Gassman, Robert De Niro, Dustin Hoffman, Brad Pitt, Kevin Bacon, Billy Crudup, Minnie Driver, Ron Eldard y Jason Patric.
Adolescente, Faïd vivió muchas veces esa película. Acompañado de su hermano y otros dos amigos, «reconstruyeron» en muchas ocasiones, como «actividad artística» y como iniciación a la delincuencia, varias escenas: un adolescente roba de manera muy visible a un tendero de barrio; cuando el tendero sale corriendo tras el primer ladrón, sus amigos se llevan todo lo que pueden de la misma tienda…
Un año antes, otra película de gánsteres, «Heat» (Fuego contra fuego, 1995), dirigida por Michael Mann, interpretada por Al Pacino y Robert De Niro, había sido decisiva en su vocación definitiva: atracador de furgones de «alta seguridad» para el traslado de dinero. Faïd no solo vio muchas veces esa película: llegó a confesar en público que fue decisiva en su «formación».
Con motivo de un ciclo consagrado a Michael Mann en la Cinemateca francesa, cuando él ya había comenzado su carrera de atracador profesional , sin miedo al derramamiento de sangre, Faïd hizo una intervención espectacular, en público, para declarar al director de cine su respeto y admiración: «¡Sus películas me ayudaron a descubrir mi vocación…!».
Cinéfilo consumado , Faïd es un excelente conocedor del cine de gánster, con preferencia, el cine de los últimos cuarenta años.
El joven atracador francés, de origen argelino / kabilio, no tuvo dificultad en «traducir» el cine negro norteamericano a la realidad de la «banlieue» parisina , casi desconocida por el cine francés, poco dado a tratar temas escabrosos, sin el «glamour» que se presta a la «cultureta» francesa más selecta.
Buena parte de la ya legendaria carrera de atracador de Faïd, condenado a decenas de años de cárcel, por robos a mano armada , asesinatos más o menos accidentales, durante los últimos veinte o treinta años, está «inspirada» en numerosos relatos cinematográficos, de muy distinta calidad.
Su vida «privada», indisociable de su vida «profesional» , es una «versión parisina» del «glamour sucio» de la estética del cine de gánster norteamericano.
Faïd llegó a viajar a Las Vegas, con el fin de «vivir» escenas y secuencias más o menos clásicas de la «vida nocturna» y «sentimental» del gánster mafioso del cine negro. Pero terminó «adaptando» a los barrios multiculturales de París , su versión personal de esa vida de «lujo y placeres». Quienes lo trataron durante los últimos diez años recuerda las «fiestas», partidas de cartas y vida nocturna del joven gánster francés, siempre dispuesto a rodearse de chicas prestas a seguirlo por los baretos de barrios como Barbés y La Goutte d’Or, sin el lujo aparatoso de Las Vegas pero con mucho «color local», jamás inmortalizado por el cine negro francés de nuestro tiempo, insensible a esa mitología local.
Tras su última y espectacular fuga de la prisión de Réau (Seine-et-Marne, al sur de París), el fin de semana, Faïd está «realizando», al fin, el más íntimo de sus sueños : ser un atracador legendario, perseguido por más de 3.000 policías, que esperan detenerlo con relativa rapidez, para intentar poner fin a la «mitología», en nuevo calabozo de alta seguridad.
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