Los ultras alemanes focalizan la campaña electoral

Las encuestas amenazan con situar como tercera fuerza política alemana al partido anti europeo y anti extranjeros Alternativa para Alemania (AfD)

Alice Weidel, durante un acto de campaña del AfD la semana pasada REUTERS

ROSALÍA SÁNCHEZ

La manifestación convocada en Berlín este fin de semana contra la extrema derecha apenas reunía a 250 personas y en las encuestas amenazan con situar como tercera fuerza política alemana al partido anti europeo y anti extranjeros Alternativa para Alemania (AfD), traspasando la mejor de sus expectativas, el 10% de los votos. Y la tendencia se mantiene a pesar la publicación de este correo electrónico escrito por la candidata de AfD, Alice Weidel, en el que muestra un rostro mucho más radical y antisistema que el que exhibe en la galería electoral. En el e-mail privado, Weidel acusa al gobierno de la gran coalición de estar inundando Alemania «con árabes y gitanos» para «destruir sistemáticamente nuestra sociedad» y se refiere a los gobernantes de los dos grandes partidos de ser «una panda de cerdos manejados como marionetas por las potencias vencedoras de la II Guerra Mundial que tienen la tarea de encargarse de que el pueblo alemán siga siendo insignificante y que una guerra civil molecular sea inducida por extranjeros en los centros de mayor aglomeración de población».

«Es un gran escándalo», juzgó en un acto electoral el presidente de Westfalia Norte, Armin Laschet, del partido de Merkel, la CDU, seguir sembrando ese odio después de 60 años solo puede tener una respuesta: eso no tiene nada que ver con los valores conservadores sino con la extrema derecha que no debería tener un lugar en el parlamento alemán. «Detrás de su fachada pseudoburguesa, Weidel muestra su verdadera cara y se identifica más bien con la ideología de los Reichsburger», criticó también el secretario general de la Unión Socialcristiana bávara (CSU), Andreas Scheuer, en referencia a un heterogéneo grupo que se hace llamar «Ciudadanos del Reich», que reclaman la vigencia del II Reich, niegan la legitimidad a la República Federal alemana y se niegan a pagar impuestos, además de protagonizar pintorescos intentos de emitir pasaportes propios y hacer ondear la vieja bandera, además de todo un catálogo de actos de desobediencia civil. Son viejos conocidos de la Oficina para la Protección de la Constitución (BfV) y el año pasado saltaron a los titulares cuando uno de sus miembros asesinó a un policía e hirió a otros tres cuando pretendías realizar un registro en su casa, en la que almacenaba 33 armas.

Nazis y racistas

«Tenemos que impedir que estos nazis y racistas entren en el próximo Bundestag. Este mail es una revelación», dijo por su parte el presidente del partido La Izquierda, Bernd Riexinger, mientras el portavoz de Los Verdes reclamaba a la sociedad un voto «contra Alternativa para Alemania».

En la sede de AfD, mientras tanto, comenzaron alegando que en 2013, año en que fue fechado el correo electrónico, Alice Wiedel no pertenecía todavía al partido. Horas después negaron tajantemente que el correo hubiera sido escrito por ella y lo tacharon de «falsificación», a pesar de que aparece firmado por «Lille», apodo muy utilizado por sus amigos y familiares, y a pesar también de la declaración jurada del destinatario del correo en poder del periódico que lo publicaba ayer, Welt am Sonntag.

A esto se sumaba la publicación por parte del semanario Der Spiegel de la decisión de la Fiscalía de Mühlhausen de presentar cargos contra el co-candidato de AfD, Alexander Gauland , por unas recientes declaraciones contra la secretaria de Estado de Integración, Aydan Özogur, de origen turco, en las que invitó a «eliminarla» en Anatolia, utilizando el término «Entsorgung», alusivo principalmente a la eliminación de basuras y paralelo a la «Endlösung», solución final como plan de exterminio para los judíos en la Alemania nazi. «Está claro que somos víctimas de una campaña orquestada contra nosotros porque les damos miedo», fue toda la respuesta de Gauland, convencido de que «una vez en el parlamento, generaremos una fuerza a la que ya no podrán oponer resistencia».

Campaña con chiste

El hecho es que los escándalos no están sirviendo sino para que la por otra parte anodina campaña electoral se focalice en este partido, que sale perdiendo por mucho en los programas de televisión de análisis y debate político pero que alcanza una gran difusión de sus ideas en las redes sociales en forma de viñetas y supuestos chistes anti inmigrantes. Uno de los que más repercusión ha alcanzado ha sido el que muestra a una mujer embarazada bajo el eslogan « los nuevos alemanes los hacemos nosotros» , con el que AfD pretende contestar al argumento del gobierno a favor de la inmigración que se atiene a deficiencias demográficas. Otro de los más difundidos ha sido el cartel que muestra el trasero de tres jovencitas en traje de baño junto al lema «¿Burkas? Nosotros preferimos bikinis».

«Por la propia naturaleza y uso de las redes sociales, se explica que ese tipo de imágenes electorales alcance una gran difusión, pero eso no quiere decir que todos los que hayan visto o pasado a otro teléfono los carteles se puedan sentir inclinados a votar AfD», señala Christian Mölling, director de investigación de DGAP. Pero todos los estudios demoscópicos adelantan para este partido un voto entre el 9 y el 11%, lo que garantiza que pondrá un pie en el parlamento un partido untranacionalista y anti europeo por primera vez en la historia de la República Federal de Alemania.

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