El fuego como elemento purificador es el protagonista de este festival en Taiwán. Una tradición originaria del siglo XIX para ahuyentar las enfermedades que ha regresado a las calles de la ciudad de Tainan, en el sur del país, en pleno 2021 y en plena pandemia, eso sí, bajo fuertes medidas de seguridad. Menos gente y más distancia. Pero el sonido, inconfundible, es el de siempre. Una verdadera colmena de petardos. Un runrún de abejas de fuego. Y aquí, imprescindible, ir bien protegido para evitar quemaduras. Este año además, los trajes ayudan también a prevenir posibles contagios. Se trata de una de las celebraciones más peligrosas que existen en el mundo. Por eso, cualquier precaución es poca. Los vecinos, por supuesto, están acostumbrados y temen más al coronavirus que a los cohetes.-Redacción-
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión