Al Sisi acapara todo el poder en Egipto con unas elecciones sin rivales

Se espera una escasa participación en los comicios, que podría rebajar la legitimidad de la segura victoria del presidente

Cartel electoral del presidente Al Sisi en la ciudad de Sohag, al sur de El Cairo Afp
Alicia Alamillos

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El rostro del presidente egipcio Abdelfatah al Sisi se repite omnipresente en miles de pancartas, vallas publicitarias y carteles repartidos por El Cairo, anunciando su candidatura a la reelección en las elecciones presidenciales que comienzan este lunes y se prolongarán hasta el 28 de marzo . Unos comicios con el resultado ya asegurado y que consolidarán en el poder al exgeneral Al Sisi, que llegó al Gobierno tras una asonada militar contra el expresidente Mohamed Morsi , miembro de los Hermanos Musulmanes en el año 2013. Antes de la celebración de los comicios Al Sisi se ha asegurado de librarse de cualquier oposición , incluido cualquier rival «serio» en la carrera presidencial.

Uno a uno, el aparato represivo del presidente egipcio se ha ido desembarazando del resto de concurrentes a la presidencia, que han sido detenidos y están pendientes de investigación , condenados a años de cárcel o acosados por las agencias de Seguridad. El Estado al servicio de Al Sisi ha desbrozado así el camino a su reelección.

El único oponente, que presentó su candidatura, a última hora, es un político casi desconocido que no oculta su admiración por el presidente. Analistas y observadores internacionales tildan sin embarazo de pantomima a estas elecciones, sin rivales reales y celebradas en medio de una creciente represión contra las voces críticas y los medios de comunicación. «Será, efectivamente, una representación teatral, puesta en escena por el régimen para aparentar un mandato popular para la segunda legislatura del “hombre fuerte” Al Sisi», apunta la investigadora del Proyecto sobre Democracia en Oriente Medio (POMED) Amy Hawthrone .

«No es mi culpa. Juro por Dios que desearía que hubiera más candidatos y que la gente eligiera a quien quisiera. Pero aún no estaban listos», señaló Al Sisi en un discurso televisado el pasado martes.

Si bien el resultado está asegurado, la clave de estas elecciones será la esperada escasa participación , que podría limar la legitimidad del presidente Al Sisi, que llegó al poder en medio de un intenso fervor popular que revalidó en las elecciones presidenciales de 2014 , que ganó con el 96 por ciento de los votos. Ya entonces la participación fue agónica, alcanzando apenas un 47 por ciento del censo, pese a la ampliación in extremis de los comicios a un día más y los días libres a trabajadores públicos. El Gobierno y personalidades cercanas a Al Sisi han llamado a una «participación masiva». Incluso la Iglesia copta , cuyo patriarca se muestra ferviente admirador de Al Sisi, o la institución islámica del Dar el Ifta , que catalogó de «antiislámico» no ir a votar, mientras que más de 150 figuras políticas de la oposición han llamado al boicot de las elecciones.

A favor y en contra

En el popular barrio cairota de Bab al-Khalq , Yahya, tendero, comenta: «Al Sisi es el que nos salvó de ser una Siria, una Libia. Es un gran hombre e iré a votarle» . Su opinión es compartida por muchos, que ven en él al «hombre fuerte» que lucha contra los Hermanos Musulmanes y, más recientemente, contra el terrorismo yihadista en el Sinaí. Sin embargo, en las calles de El Cairo se respira también un ambiente de hastío: «¿Para qué ir a votar? Si ya sabemos quién va a ganar» , dice a este diario Islam, un joven estudiante de 24 años.

Las cada vez más duras condiciones económicas también han desmoralizado los egipcios, que no ven una pronta salida a la crisis. Junto al terrorismo, que en los últimos años se ha cobrado cientos de víctimas en atentados contra iglesias y mezquitas y la insurgencia yihadista en el Sinaí, la economía será el caballo de batalla para el Gobierno de Al Sisi. En medio de una crisis de divisas y de deuda pública, acuciada por la falta de turistas , Egipto tuvo que pedir en noviembre de 2016 un préstamo de 12.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional y liberalizar el cambio de la libra egipcia. Desde entonces, la inflación se ha disparado hasta un 34% el pasado verano y el Gobierno ha recortado en subsidios.

Despilfarro

«Si ya sabemos quién va a ganar, ¿por qué tanta publicidad? Ese dinero podría haber ido a algo más importante» , se lamenta Ahmed, taxista, mientras recorre el trayecto del aeropuerto al centro de El Cairo, jalonado de cientos de carteles con el rostro de Al Sisi y muchos de ellos pagados por empresarios privados.

En el improbable caso de que ninguno de los contendientes alcance más de la mitad de los votos se procederá a una segunda vuelta el 24, 25 y 26 de abril . Si no, el candidato ganador será anunciado por la Comisión Electoral egipcia el 2 de abril . Ninguna duda queda de que será Abdelfatah al Sisi.

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