La rapidez en la evacuación del avión de México salvó 103 vidas

Todos los pasajeros y la tripulación salieron vivos del aparato siniestrado el martes en Durango. El mal tiempo, entre las posibles causas del accidente

Personal de emergencia caminana hacia los restos humeantes del avión de Aeroméxico sinistrado en Durango Efe

Carlos Pérez Cruz

Milagro fue este miércoles la palabra más común en las portadas de la prensa mexicana para referirse al accidente de aviación que tuvo lugar la tarde del martes en el aeropuerto Guadalupe Victoria de Durango , al norte de Ciudad de México, punto de destino del vuelo. Milagro porque sus 99 pasajeros y los cuatro miembros de la tripulación salieron vivos después de que la aeronave se estrellara al poco de despegar.

Nada más empezar el despegue, el avión, un Embraer 190 de la compañía Aeroméxico , se desplomó y acabo entre llamas en las proximidades de la cabecera de la pista.

Son muchas las incógnitas por despejar para determinar causas y responsabilidades, pero de momento la teoría más extendida acerca de las causas del accidente se concentra en las malas condiciones meteorológicas. A la misma hora en que el vuelo tenía programada su salida, poco antes de las 16.00, hora local, la zona estaba afectada por una fuerte tormenta, que llegó a precipitar granizo.

Según el gobernador de Durango, José Rosas Aispuro , la causa más probable del derrumbe del avión, que tenía una antigüedad de diez años y había servido anteriormente para otras compañías, fue un golpe de viento que, según relató el mandatario, habría provocado la caída brusca del aparato.

Para el director general de Aeronáutica Civil, Luis Gerardo Fonseca , las cajas negras y las grabadoras del avión serán claves para determinar las circunstancias del accidente, pero indicó que la labor «puede llevar meses, dependiendo de la complejidad».

Lo que se sabe hasta el momento es que el Embraer 190 comenzó a caer nada más empezar el despegue y que el primer contacto con tierra se produjo con el ala izquierda. Desde el momento del impacto (está por aclarar si tuvo lugar dentro de la pista de aterrizaje o si ya se trataba del perímetro que rodea la pista de despegue), la aeronave se deslizó por un terreno de maleza hasta detenerse a unos cuatrocientos metros de la cabecera de pista. En el camino se dejó sus dos motores.

Una de las claves del «milagro» es que el avión quedara en posición horizontal, lo que permitió que la tripulación pudiera desplegar los toboganes de evacuación. La nave permaneció engullida por las llamas unos tres minutos después de que se detuviera, según el testimonio de uno de los supervivientes.

Precisamente uno de los dos únicos heridos graves es una menor que sufrió quemaduras en el 25% de su cuerpo, aunque, según el gobernador, evoluciona favorablemente. El otro herido de gravedad es el piloto al mando, Carlos Galván , que tuvo que pasar por quirófano por una lesión cervical. Su vida no corre peligro.

Galván está considerado como el gran héroe de este accidente al haber logrado posar la nave, también por ser el máximo responsable de la tripulación, que siguió con eficacia los protocolos de seguridad.

Comisión de investigación

La rapidez de la evacuación y la cooperación de los pasajeros a la hora de seguir las instrucciones salvó vidas, según señalaba a la BBC Guillermo Galván, director de un medio especializado en aviación. En ese sentido, solo un pasajero habría hecho caso omiso de las instrucciones y habría salido del avión con su maleta.

Rosas Aispuro, que apuntó que entre los viajeros había ciudadanos extranjeros, incluido al menos un español, se comprometió a que los extranjeros pudieran recuperar lo antes posible sus pasaportes. La Oficina de Información Diplomática (OID) del Ministerio de Asuntos Exteriores español confirmó a Europa Press que hay un español entre los heridos. Se trata de un varón joven que está siendo atendido por las autoridades sanitarias mexicanas.

La Secretaría de Transportes y Comunicaciones de México ha creado una comisión de investigación para deteminar las causas del accidente. Un portavoz de Aeroméxico, propietaria del Embraer E190, señaló que la compañía aérea está colaborando con las autoridades competentes y que asumirá los gastos médicos de los pasajeros afectados.

Aeroméxico tenía en propiedad el avión desde hace cuatro años y la última revisión del mismo se realizó en febrero. En el registro de aviación constan dos accidentes graves con este modelo. Uno en 2010 en China, que dejó 44 muertos y 52 supervivientes, y otro en 2013 en Namibia, en el que falleció toda la tripulación.

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