Portugal despide al histórico Freitas do Amaral

Fue fundador del Centro Democrático y Social (CDS) tras la Revolución de los Claveles

Diogo Freitas do Amaral falleció ayer AFP
Francisco Chacón

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Portugal dio ayer su último adiós a Diogo Freitas do Amaral , uno de los históricos de la política al otro lado de la frontera desde que, solo unos meses después de la Revolución de los Claveles, fundó el Centro Democrático y Social (CDS), hoy conducido por Assunçao Cristas en el flanco derecho del partido conservador líder, el PSD comandado por Rui Rio.

Ahí, como presidente de la formación, entró Freitas do Amaral en los anales de la Historia, comprometido de forma permanente con los valores de la democracia cristiana .

Más adelante, bajo el gobierno de la Alianza Democrática, ejerció como viceprimer ministro y como ministro de Defensa, en la antesala de la difícil tesitura con la que le tocó lidiar: sustituir al legendario Sá Carneiro cuando sufrió aquel controvertido accidente (¿o fue un complot?) el 4 de diciembre de 1980.

Estuvo a punto de acceder a la presidencia de la República, pero la victoria no muy holgada de Mario Soares le privó de sentarse en el sillón del Palacio de Belém.

Y sorprendió a los portugueses con su beligerancia en contra de la intervención militar internacional en Irak , una postura que le valió convertirse en un proscrito por los caminos de la derecha que siempre había promovido.

Con todo, el movimiento político más polémico de Freitas do Amaral resultó su cargo como ministro de Asuntos Exteriores bajo el mandato del entonces primer ministro socialista José Sócrates , quien lo nombró para desempeñar tal función en 2005, cuando era oficialmente un político de signo independiente.

Semejante aproximación a los socialistas le granjeó las críticas de unos y otros, que l e recordaban su origen y no terminaban de comprender del todo sus nuevos postulados.

Por eso, aunque su papel histórico está fuera de toda duda, la vida política lusa lo relegó al ostracismo en los últimos años. Él mismo se quejó en voz alta, en forma de tres libros de memorias que levantaban una gran expectación en cada lanzamiento editorial.

Un cáncer de huesos le llevó a estar ingresado en un hospital de Cascais recientemente, donde finalmente su corazón ha dejado de latir a los 78 años. Quedan para la posteridad sus enseñanzas y sus reflexiones, tal vez incómodas para muchos pero con un peso innegable en el devenir de la política portuguesa.

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