La Policía israelí acorrala a los Netanyahu

Los investigadores aseguran que ven indicios suficientes como para acusar «de soborno, fraude y abuso de confianza» al jefe de Gobierno y su mujer, a la par que también apuntan hacia el accionista mayoritario del grupo Bezeq, Shaul Elovitch

Sara Netanyahu (izda) junto a su esposo Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel EFE

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«Caza de brujas», esta es la expresión más repetida por Benyamin Netanyahu cada vez que la Policía recomienda acusarle en alguno de los casos en los que está siendo investigado. Nueve meses después de que la Policía asegurara disponer de pruebas suficientes «para inculparlo de haber aceptado sobornos, de fraude y abuso de confianza» en el «Caso 1000», en el que se analiza la presunta entrega de regalos al primer ministro por parte de empresarios millonarios de Hollywood; y el 'Caso 2000', relativo a una conspiración con el dueño del diario 'Yedioth Ahronoth'; las fuerzas de seguridad recomendaron acusarle de nuevo de «soborno, fraude y abuso de confianza en el conocido como «caso 4000», que investiga si recibió una cobertura positiva del portal de noticias Walla a cambio de favores a su propietario. Esta vez la acusación se extendió a su esposa, Sara, a quien responsabilizaron además de «interrupción de procedimientos de investigación y judiciales», pero descartó incluir a uno de los hijos del matrimonio, Yair.

«Las recomendaciones de la Policía para mí y mi esposa no sorprenden a nadie, como tampoco lo hace el transparente calendario que ha obedecido su publicación», respondió Netanyahu en su cuenta de Twitter en un mensaje dirigido al del jefe de la Policía de Israel, Roni Alsheikh, a quien acusa el Jefe de Gobierno de filtrar información a la prensa y dirigir la «caza de brujas» contra su persona. Esta última recomendación se hizo pública en el último día en el cargo de Alsheikh, y Netanyahu adelantó que «estoy seguro de que en este caso, las autoridades competentes llegarán a la misma conclusión que yo: nunca existió nada, porque no hay nada».

El político más poderoso del país, que acaba de superar una grave crisis de gobierno y aspira a ganar las elecciones del próximo noviembre, si una nueva crisis no le obliga a adelantar los comicios, acusó su propia Policía de formular acusaciones que “no tienen ninguna base legal”. Netanyahu quiere acabar la legislatura y reeditar mandato y, pese a los escándalos de corrupción, las encuestas le sitúan como el gran favorito.

Presión del primer ministro

La sombra de la corrupción acorrala al matrimonio Netanyahu y ya en junio la Justicia imputó a la primera dama, Sara, por un fraude de 85.000 euros en el conocido como ‘Escándalo de la residencia’. En el «Caso 4000» o Bezeq, la Policía ha investigado si Netanyahu presionó para garantizarse una cobertura informativa favorable por parte de Walla, portal de noticias propiedad de Shaul Elovitch, principal accionista de Bezeq, el gigante de las telecomunicaciones en el país. A cambio, le habrían ofrecido beneficios legales que podrían haberle reportado millones de dólares a su compañía. Terminada la investigación la Policía tiene claro que el dirigente israelí ejerció presión, pero recomendó también la imputación de los Elovitch «por sobornos, obstruir la justicia y lavado de dinero».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación