Polémica en Brasil ante la «conmemoración» del golpe de Estado de 1964 promovida por Bolsonaro

La fiscalía señala que «festejar un golpe de Estado» es «incompatible con el Estado de Derecho»

El general Luiz Eduardo Ramos Baptista Pereira habla con el presidente Bolsonaro durante una ceremonia de graduación AFP

EFE

La Fiscalía brasileña repudió este martes la determinación del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de «conmemorar» el golpe militar de 1964 y recordó que «festejar un golpe de Estado» es «incompatible con el Estado de Derecho».

El Ministerio Público Federal (MPF), a través de la Procuraduría de los Derechos del Ciudadano, subrayó en un comunicado que el golpe del 64, «sin ninguna posibilidad de duda o de revisionismo histórico, supuso una "ruptura violenta y antidemocrática del orden constitucional».

Las críticas del MPF llegan un día después de que el potavoz de la Presidencia, Otavio Rego Barros, anunciara la decisión de Bolsonaro de fomentar entre las Fuerzas Armadas las «conmemoraciones debidas» por el golpe militar de 1964, que completa 55 años el próximo 31 de marzo y dio inicio a una dictadura que se prolongó hasta 1985.

El Ministerio Público subrayó que aunque el verbo conmemorar pueda tener un significado distinto, el histórico de declaraciones de Bolsonaro indica que, en este caso, se refiere a la «idea de festejar el derrocamiento del Gobierno de Joao Goulart el 1 de abril de 1964 y la instauración de una dictadura militar».

«Si se confirma esa interpretación, el acto se reviste de enorme gravedad constitucional, pues representa la defensa de la falta de respeto al Estado Democrático de Derecho», agregó el organismo, en un documento firmado por cuatro procuradores.

El portavoz de la presidencia aseguró la víspera que Bolsonaro, un capitán de la reserva nostálgico de la dictadura que imperó en Brasil durante 21 años, no considera el episodio de 1964 como un golpe militar.

La Fiscalía destacó que el golpe del 64 «dio origen a un régimen de restricción a los derechos fundamentales y de represión violenta y sistemática a la disidencia política", y recordó que el apoyo de un presidente de la República puede suponer un "crimen de responsabilidad», según lo establecido en el artículo 85 de la Constitución.

En Washington, el ministro de Defensa de Brasil , el general Fernando Azevedo e Silva, rechazó el uso de la palabra «conmemoración» para definir los eventos que serán promovidos por el Gobierno de Bolsonaro.

La Defensoría Pública de la Unión, por su parte, presentó ante la Justicia una denuncia civil pública para que las Fuerzas Armadas «se abstengan de llevar a cabo cualquier evento de conmemoración a la implantación de la dictadura en Brasil».

En su solicitud, la Defensoría citó el informe de la Comisión de la Verdad, según el cual la dictadura militar de Brasil dejó 434 muertos y desaparecidos, así como numerosos casos de persecuciones y torturas.

A lo largo de su carrera política, Bolsonaro se ha mostrado condescendiente con la dictadura y durante el juicio político que despojó a Dilma Rousseff del poder, el entonces diputado dedicó su voto al coronel Carlos Alberto Brilhante, uno de los jefes del aparato represivo de la dictadura.

En su discurso, Bolsonaro se refirió a Ustra como el «pavor de Dilma Rousseff », quien fue torturada por el coronel durante la dictadura.

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