Los plagios más sonrojantes de la historia de la política

Mandatarios de todo el mundo han caído en el error de hacer propias las citas y las tesis de terceras personas

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  1. Joe Biden

    El vicepresidente de EE.UU., Joe Biden
    El vicepresidente de EE.UU., Joe Biden - AFP

    El discurso de Melania Trump, sospechosamente parecido al de Michelle Obama, ha escandalizado a buena parte de la sociedad norteamericana. Sin embargo, lo de poner en boca propia las palabras ajenas no es cosa nueva. De hecho, Estados Unidos ya fue testigo, en 1987, de otro sonrojante caso de «apropiación indebida».

    En aquella ocasión, fue el vicepresidente Joe Biden, en aquel momento candidato a la Casa Blanca, el que copó las portadas de los periódicos por una alocución más que similar a la que, apenas unos meses antes, había recitado el político británico Neil Kinnock.

    Biden: ¿Por qué es que Joe Biden es el primero en su familia en ir a una universidad? ¿Por qué mi mujer, que está sentada ahí fuera en la audiencia, es la primera de su familia en ir a la universidad? ¿Es porque nuestros padres y madres no eran brillantes? ¿Es porque soy el primer Biden en mil generaciones que fue la escuela y obtuvo un título de grado que yo era más inteligente que el resto?

    Kinnock: ¿Por qué soy el primer Kinnock en mil generaciones que puede llegar a la universidad? ¿Por qué es Glenys –su esposa– la primera mujer de su familia en mil generaciones que puede ir a la universidad? ¿Fue porque todos nuestros predecesores eran comunes?

  2. Timothy Goeglein

    Timothy Goeglein, trabajador de la Casa Blanca durante el mandato de Bush
    Timothy Goeglein, trabajador de la Casa Blanca durante el mandato de Bush - YouTube

    No faltan en EE.UU. casos de políticos que repitieron las citas de otras personas sin ningún tipo de pudor. En 2008, Timothy Goeglein, uno de los asistentes de la Casa Blanca durante el mandato de George W. Bush, se vio obligado a dimitir tras descubrirse que plagió un ensayo universitario en en el diario News Sentinel, de Fort Wayne (Indiana).

    Goeglin admitió que había utilizado material ajeno sin destacar su verdadera autoría, por lo que, una vez pidió disculpas «por no haber respetado los estándares esperados por el presidente», no le quedó más remedio que abandonar su cargo.

    Un caso parecido es el de Ben Carson, que en 2011 escribió un libro, 'America the beautiful', en el que hizo propia la información de otras fuentes.

  3. Karl Theodor zu Guttenberg

    El exministro de Defensa alemán, Karl Theodor zu Guttenberg
    El exministro de Defensa alemán, Karl Theodor zu Guttenberg - Reuters

    El «virus» del plagio indiscriminado logró sobrepasar las fronteras de EE.UU. y se introdujo en el viejo continente. En el año 2011, el ministro de Defensa alemán, Karl Theodor zu Guttenberg, dimitió poco después de que el diario 'Süddeutsche Zeitung' demostrara que copió parte de su tesis doctoral.

    Fue el punto y final a la hasta el momento meteórica carrera política de zu Guttenberg, que se había convertido en uno de los ministros más valorados del gabinete de la canciller Angela Merkel.

  4. Annette Schavan

    La exministra alemana Annette Schavan, junto a la canciller Angela Merkel
    La exministra alemana Annette Schavan, junto a la canciller Angela Merkel - Reuters

    No fue zu Guttenberg el único «íntimo» de Merkel que se vio perseguido a causa de su laxa voluntad a la hora de atribuir la autoría de su tesis doctoral. Annette Schavan, que a la postre era ministra de Educación, renunció a su cargo en 2013 por el mismo motivo: «Con dolor de corazón he aceptado la dimisión», sentenció la canciller.

    Pese a que Schavan señaló que lucharía por demostrar la falsedad de las acusaciones, no fue capaz de probar su inocencia.

    Otra ministra alemana salpicada por este tipo de escándalos fue Ursula von Leyen, quien en 2015 fue acusada de calcar «elementos» en muchas páginas de su tesis. Poco después, la universidad de Standford la culpó de afirmar en su currículum haber cursado actividades que no ofrecían.

  5. Vladímir Putin

    El presidente de Rusia, Vladímir Putin
    El presidente de Rusia, Vladímir Putin - EFE

    Según el periódico estadounidense 'The Washington Times' y los investigadores de la institución de Brookings, el presidente ruso, Vladímir Putin, también cayó en la tentación de elegir el camino fácil para redactar su trabajado de fin de carrera. En concreto, le acusan de copiar al menos 16 de las 20 páginas que conformaban su tesis.

    El medio especificó que, en 1978, Putin «utilizó extractos de los trabajos de dos universitarios estadunidenses de la Universidad de Pittsburg. También copió cuadros y gráficos de los trabajos de los profesores William King y David Cleland sobre planeación estratégica y política».

  6. Pál Schmitt

    Pál Schmitt, expresidente de Hungría
    Pál Schmitt, expresidente de Hungría - AFP

    Nada menos que 200 de las 250 páginas que escribió Pál Schmitt, expresidente de Hungría, para su tesis doctoral fueron en realidad copias de otros rebajados anteriores. El excampeón olímpico de esgrima utilizó aportes ajenos sin nombrar su procedencia para un trabajo sobre Educación Física, según informó en 2012 la propia universidad de Semmelweis, en Budapest.

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