José «Pepe» Mujica
José «Pepe» Mujica - Isabel Permuy
JOSÉ «PEPE» MUJICA

Para mí, como ateo, el Papa ha sido un hallazgo y espero que siga cambiando la Iglesia

El expresidente uruguayo, José Mujica, ha concecido una entrevista exclusiva a ABC a su paso por España, en la que ha hablado de los problemas en el mundo, como la pobreza y los refugiados, la situación en Argentina y la crisis en Venezuela

«Es esencial que en Venezuela haya un proceso electoral que se cumpla dentro de la Constitución»

«En Venezuela hay que lograr una atmósfera de concordia y que oposición y poder empiecen a dialogar»

Madrid Actualizado: Guardar
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José Mujica no es un político imprevisible. Ninguno lo es. Pero lo que diferencia a «Pepe», como le llaman cariñosamente, con el resto de políticos es que su previsibilidad viene dada por una gran virtud: Mujica jamás dará un discurso políticamente correcto, cargado de declaraciones pomposas y promesas falsas. Habla directo, claro, sin tapujos y sobre todo, con el corazón. Defiende el ocio sobre el trabajo o valores que suenan extraños en la boca de un expresidente como el de la familia y la amistad, en definitiva, el derecho a ser felices por sobre todas las cosas.

Su modo de vida sencillo (renunció al 87% de su sueldo, mantuvo su casa, su viejo coche y su huerto), que lo ha llevado a que lo llamen el «presidente más pobre del mundo» no es una pose.

«Pepe» es un reflejo de cómo vive: austero, sobrio, libre y muy cercano. No es de extrañar que se detenga a hablar con todo el que quiera una foto o una palabra y que rehúya de los elogios: «Déjate de protocolos», dice nada más empezar la entrevista.

ABC ha hablado con el expresidente durante su corta visita a España en la que ha presentado en el espacio Fundación Telefónica la biografía «Una oveja negra al poder», de los periodistas Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz.

Antes del encuentro, y siguiendo con su estilo desenfadado y sin tapujos, sobre todo porque muestra su enfado al hacerlos, denunció que «uno de los problemas más graves de la humanidad es que el 1% de la población tiene el 49% de la riqueza del planeta». Recordó que «los pobres del mundo son nuestros y la política es hacernos cargo de ellos, y para esto necesitamos gobernanza mundial, pero hay que tener coraje de meterle mano a los ricos y se nos arma el lío, es fácil decirlo pero nada fácil argumentarlo».

-Ha lamentado la devoción al nuevo «Dios mercado» y ha cargado en muchas ocasiones contra el neoliberalismo. También ha recordado el importante papel de vivir y no solo trabajar, de que los abuelos pierdan el tiempo con sus nietos. Muchos de sus pensamientos coinciden con los del Papa Francisco. Siendo ateo, ¿cómo ve el protagonismo que está teniendo el Papa?

El Papa es una persona formidable y es un sembrador de valores para el mundo católico y para el mundo en general. Para mí ha sido un hallazgo y ojalá que tenga el tiempo suficiente para poder seguir introduciendo las transformaciones que está planteando en el cuerpo social de la Iglesia y para seguir influyendo en la sociedad.

-Su papel ha sido muy importante en el «deshielo» entre Estados Unidos y Cuba. ¿Cree que llegar a esta apertura hubiera sido imposible sin su contribución?

-Creo que llevan mucho tiempo conversando, sin que el mundo supiera, dando pasos con mucha cautela. Tengo esa sensación por una serie de factores y me parece que está bien, pero también es verdad que los que quieren el acercamiento tienen imponderables enemigos. Hay una comunidad muy de derechas en Estados Unidos que quiere otra política para con Cuba. Estoy seguro que Obama no las tiene todas consigo.

-¿Podría entonces trabarse o entorpecerse el acercamiento?

-Sí, aunque de todas maneras la mayoría del pueblo norteamericano entiende que 50 años después el bloqueo ya no tiene sentido.

-Corina Machado dijo hace poco que lamentaba la poca reacción de Latinoamérica respecto a la condena de Leopoldo López y señaló que el pueblo venezolano luchaba solo contra un movimiento enemigo de la democracia que se llama «el socialismo del siglo XXI». ¿Qué opina de estas declaraciones y de la condena de López?

-Es una declaración de alguien que está en estos momentos con mucha emotividad y pierde un poco el sentido de las proporciones. En mi país, si critico al Poder Judicial, yo que fui presidente, ¿sabés cómo me pegarían, no? Dirían que me estoy entrometiendo en la Justicia. En el caso de Venezuela, hay una decisión del Poder Judicial y nadie se puede meter en eso. Es una decisión delicada porque además existe gente de la oposición que no las tiene todas con López. Pero lo que más interesa es lograr una atmósfera de relativa concordia para que la gente empiece a dialogar. Pero si están como el perro y el gato…

«A veces le escucho a Maduro decir cada cosa que...»

-¿Cree entonces que la oposición no está siendo atacada como denuncian, que esto es un enfrentamiento que no es desigual entre ambas partes?

-En Venezuela todo es terrible, en la época de Chávez oí decir cada cosa de los medios venezolanos...que poco menos era homosexual o cuestiones por el estilo. También es cierto que Maduro dice algunas cositas que «Dios me libre» pero en general, la situación es de: «te mato y voy». Trato de no meter fuego,tienen que bajar los decibeles y negociar. Sobre todo, tiene que haber un proceso electoral que se cumpla dentro de la Constitución, me parece que es lo esencial

-¿Qué le parece Maduro como líder?

-Maduro está en una situación muy delicada porque el petróleo bajó y Venezuela depende tanto del petróleo que dan ganas de llorar. Esto no es de hoy, viene de la historia del país. Venezuela fue liquidando su agricultura, su ganadería, que fue muy importante, y la gente se acostumbró a vivir de la renta petrolera. Se fue para la costa y resulta que ahora tienen un país formidable pero abandonado. Gastan un disparate en comprar divisas para importar comida y tienen todas las condiciones para producirla, pero tampoco hay mucho campesinos. Se hicieron urbanos y…Aunque a veces le escucho a Maduro decir cada cosa que...

-Se ha lamentado de que en su mandato podría haber hecho más en la lucha contra la pobreza y la indigencia. Ve inconcebible el hecho de que un país con tantos recursos como Uruguay aún haya indigentes pese a que las cifras bajaron de forma sorprendente durante su mandato (del 30 al 10% la pobreza). ¿Qué pasa en Argentina, que siendo también un país rico en recursos, la pobreza y la indigencia vienen aumentando?

- Argentina es un país excepcional, los recursos naturales también le jugaron feo, tienen tanto que despilfarran. En el mundo tiene que haber dos economías: una para el mundo y otra para Argentina (risas). Y luego me pronostican que la Argentina está fundida. ¡Que va a estar fundida! Yo sería un malagradecido si critico al país.

«No sé si Cristina Kirchner es corrupta o no»

-¿Y qué opina de la figura de Cristina Kirchner cuya criticada ostentación se contradice con la defensa que usted siempre ha hecho de vivir humildemente, como la mayoría y no como la minoría?

-Con Cristina he tenido cosas buenas pero me he peleado también.

-Su perfil y el de ella son radicalmente diferentes. Los argentinos dicen que quieren un presidente como usted.

-¡Es mentira! Si fuera presidente de Argentina, ¡me echan! La presidenta es el prototipo de lo que quieren los argentinos.

-Está investigada por corrupción…

-No sé si es corrupta no. Me parece una porteña típica de Barrio Norte (zona más residencial de la ciudad de Buenos Aires) ...tiene esa clase y ese glamour de Barrio Norte...

Pero no es austera...

-¡Pero a los argentinos les gusta eso! Me agarran a mí y me matan.

Mujica en su coche
Mujica en su coche - AFP

-Dijo que no iba a ser el típico jubilado que se va a poner en un rincón a escribir sus memorias, que es un hombre de acción, ¿se plantea volver al poder?

-No, voy a estar muy viejo para eso. Estoy con 80 años bien cumpliditos y la caída del vigor físico a mi edad es geométrica, no aritmética.

-Pero al margen del decaimiento físico, ¿le gustaría hacer algo más?

-Tengo mi asociación y a ver si me sale. Tengo varios boniatos y es lo más difícil que hay (Risas).

-Qué cree que está pasando en el mundo, cómo se explican tantas convulsiones: tres elecciones en menos de un año en Grecia, una crisis social punzante en Venezuela, por no mencionar el drama de los refugiados…

-Eso es muy mediático. Cuando Colón iba para América, iban a caballo para el otro lado, y no sé que fue más duro, pero se trató de la única invasión de Europa a Asia y triunfó. ¿A vos te explicó alguien eso? No, porque no tenía prensa. Estamos en otra época, sobra la comunicación.

Respecto a los refugiados, cuando terminó la Guerra Civil Española fueron para América, concretamente a México, un millón de personas, y encima a un país que era pobre. Argentina recibió 300.000 inmigrantes por año, eso sí que era masivo.

¿Y entonces, ahora qué pasa?

Hay que ver los contrastes. Lo que va a recibir Alemania no es nada, en comparación con entonces. Argentina, sin hacer ruido, recibió mucho más. Lo que pasa es que ahora estamos más ricos y más egoístas.

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