Cumbre Europea

May no logra romper la unidad de los socios ante el Brexit

La factura que debe pagar el Reino Unido, principal obstáculo para un acuerdo

Angela Merkel, Theresa May y Emmanuel Macron, antes del comienzo de la cumbre del Consejo Europeo, este jueves en Bruselas Efe

ENRIQUE SERBETO

«Preparándome para la cumbre europea. Reino Unido tiene un futuro brillante tras el Brexit y su Gobierno está trabajando por un buen acuerdo para los ciudadanos británicos y de la UE». La frase escrita por la primera ministra británica en su cuenta de una red social repite el mismo eslogan que suena desde el referéndum de junio de 2016, tal vez intentando disimular la frustración que empieza a instalarse entre los negociadores por la falta de avances. Theresa May pidió este jueves a sus colegas europeos que le concedan de una vez la capacidad de empezar a negociar sobre las relaciones futuras , pero los socios le recordaron que es necesario primero que las negociaciones sobre su salida del club hayan avanzado lo suficiente.

Cada vez que entra en la sala donde se reúnen todos los jefes de Estado y de Gobierno europeos para tratar juntos sobre los principales problemas, a May le debe resultar bastante complicado asumir que está luchando para dejar de participar en las discusiones y estar ausente del mecanismo de toma de decisiones. Este jueves llegó charlando animadamente con la canciller alemana, Angela Merkel , y el presidente francés, Emmanuel Macron . Lo que le supuso una oportunidad que ni ella ni sus sucesores tendrán muy frecuentemente después de marzo de 2019, cuando se produzca su salida efectiva. Incluso si se consolida su idea de un periodo transitorio de dos años , la condición que le han impuesto sus colegas es que el Reino Unido dejaría de participar en las instituciones –incluyendo el Consejo– aunque la legislación europea siguiera aplicándose en ese país.

May ya se va acostumbrando a que los otros 27 le piden que abandone la sala

De hecho, May se va acostumbrando a esa situación cada vez que los otros 27 le piden que deje la sala. O, como esta vez, cuando tras participar en la reunión y la cena del jueves, este viernes ya no será invitada a las discusiones en las que le van a decir que, para llegar al objetivo de empezar a hablar de las relaciones futuras, Londres se tiene que esmerar antes por hacer avanzar las negociaciones. Sobre todo en la cuestión de las cuentas del finiquito del divorcio .

Donald Tusk , el presidente del Consejo, ya le había advertido este jueves de que las peticiones de May no tenían ninguna posibilidad de romper la unidad de los socios a la hora de mantener el orden en las fases de la negociación. En el documento que recoge las conclusiones de la reunión se le dice que sólo se pasaría a la segunda fase de la negociación si, antes del próximo consejo europeo de mediados de diciembre, ha habido «progresos suficientes», cosa que hasta ahora no se ha constatado.

Cuestión de supervivencia

Sin embargo, lo que pide May no es algo que esté solamente vinculado a las negociaciones del Brexit, sino que se trata de su propia supervivencia política . La razón principal que ha esgrimido May para pedir flexibilidad a sus colegas europeos es precisamente su debilidad política. Su principal rival dentro de su partido, el ministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson , dijo este jueves en Londres que el Gobierno debe prepararse para «cualquier posibilidad», incluida una ruptura sin acuerdo que, a su juicio, no sería nada dramática, sino que el Reino Unido se encontraría «muy bien» si se diera el caso.

También el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn , estaba este jueves en Bruselas en la reunión de líderes socialistas donde aseguró que, si estuviera en el Gobierno, dirigiría las negociaciones mucho mejor que May . De algún modo, se trataba de asegurar a los demás países que, si ella no es capaz de decir que ha obtenido un triunfo, aunque sea simbólico, los socios se arriesgan a tener delante a un interlocutor todavía más correoso.

Ante esta situación, los europeos vieron «avances» en el discurso que May pronunció en Florencia , sobre todo después de la cena que celebró este lunes con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker . También el negociador europeo, Michel Barnier , ha dicho que su equipo está dispuesto a «acelerar los trabajos al máximo» para poder decir que se han logrado «avances suficientes», aunque para ello sería necesario que los británicos dieran pasos significativos en la buena dirección.

El enemigo en casa

Sin embargo, el negociador británico David Davis dijo el lunes ante el Parlamento de su país que en los asuntos clave sus propuestas habían «llegado a límite» de lo que podía ofrecer y este jueves en un diario alemán volvió a insistir en que el Reino Unido ha de prepararse para el caso de que se llegue al momento de la separación sin haber llegado a un acuerdo, Es decir, May ha venido a buscar apoyo en Bruselas, pero sus enemigos están claramente al otro lado del canal.

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