Nick Clegg, durante un acto de campaña esta semana en Kennington, Londres
Nick Clegg, durante un acto de campaña esta semana en Kennington, Londres - EFE
Entrevista

Nick Clegg: «May plantea las elecciones como un concurso de belleza con Corbyn»

El político liberal, ex viceprimer ministro del Reino Unido, vaticina una victoria tory, aunque ve a su candidata «sin grandes ideas»

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Nicholas William Peter Clegg, de 50 años, Nick para el mundo, constituye el mayor ejemplo de esplendor y caída de la política inglesa en los últimos años. En 2010, como líder del Partido Liberal Demócrata, se convirtió en el joven político de moda y llevó a la formación bisagra a 57 diputados. Acabó formando un Gobierno de coalición con Cameron, al que moderó. Pero aquel experimento fue su gloria y su ruina. Nunca se le perdonó que aceptase la subida de las matrículas universitarias habiendo prometido que no lo haría.

Como suele suceder, el partido pequeño salió escaldado del tándem con el grande. En las generales de hace dos años los liberales sufrieron un descalabro épico: perdieron 49 diputados y se quedaron solo con ocho.

Nick Cleg dimitió esa misma noche y dejó pasó a un nuevo líder, Tim Farron, un fervoroso cristiano, un inglés norteño y cachazudo, que carece de su empaque intelectual y que en esta campaña se ha enredado en una pintoresca polémica al resistirse a decir si la homosexualidad es pecado o no.

A pesar de que lo ha pasado mal, Clegg, casado con una brillante abogada vallisoletana y padre de tres hijos con nombres españoles (Miguel, Antonio y Alberto), continúa siendo una figura señera en las filas liberales y su portavoz para temas europeos. Además es uno de los analistas más consistentes a la hora de destripar el peculiar sistema británico y un gran apóstol contra el populismo, como puede comprobar cualquiera que lea su recomendable ensayo «Politica».

«Corbyn es el clásico populismo: montones de regalos que no saben cómo pagar»

Estos días hace campaña en su circunscripción de Sheffield Hallan, en el Norte de Inglaterra -«ya sabes, puerta a puerta, hablando con los vecinos»-, por la que es diputado desde hace 2005. Cosmopolita y políglota, habla cinco idiomas, incluido el castellano, aunque conversamos en inglés. «Al principio tenía un español con acento mexicano, porque aprendí con unas cintas de allá». Estudió con las mejores calificaciones en Cambridge y tiene ancestros de la nobleza zarista. Profundamente europeísta e hijo de una holandesa de 82 años, Hermance, vive el Brexit casi como un asunto personal: «Mi madre ha vivido medio siglo aquí. Ha criado cuatro hijos. Ha pagado sus impuestos. Se dedicaba a enseñar a niños que necesitaban educación especial, con dislexia y así. Y ahora está sufriendo. Aunque se lo está tomando en plan mami y me ha dicho: ‘Mira, soy tan vieja que para cuando estas marionetas de Whitehall lo solucionen yo ya estaré muerta’».

-Hablemos de la campaña. Se acaba de publicar un sondeo, en «The Times» que asegura que Corbyn está a solo tres puntos de May. ¿Se lo cree o podemos estar ante la misma historia de hace dos años, cuando las encuestas no dieron una?

-Bueno, yo no trabajo en el mundo de las encuestas, yo soy un político. Lo que sí creo es que la política británica es muy fluida en este momento, hay un montón de gente que aún no ha decidido a quién va a votar y puede cambiar respecto a la otra vez. Es muy difícil de predecir, pero mi instinto que dice que, a pesar de todo, el Partido Conservador ganará el 8 de junio.

-El Brexit es el tema más serio que afronta este país tal vez en cincuenta años. Sin embargo parece como si estuviese en segundo plano. Se habla más del llamado «impuesto de la demencia» de May, o de las promesas sociales y Corbyn y sus polémicas en torno al IRA y las armas nucleares… Salvo para su partido, el Brexit está algo «missing».

-Correcto. Esa es una de las cosas extrañas de estas elecciones. Theresa May y Jeremy Corbyn nos han dicho que estas elecciones van del Brexit, pero ambos, por razones diferentes, están evitando hablar del tema. En el caso de ella es porque May solo quiere hablar de sí misma. Quiere convertir estas elecciones en un concurso de belleza entre ella y Corbyn. Todo en su discurso es «yo, yo, yo». En cuanto a Jeremy, prefiere cualquier otro asunto al Brexit. El resultado es que los dos mayores partidos no están hablando de lo más importante. Y lo curioso es que si escuchas atentamente lo que dicen no es muy diferente: los dos quieren salir del mercado único, los dos quieren poner fin a la libre circulación de comunitarios y ambos se niegan a que el pueblo británico pueda opinar sobre el acuerdo final con la UE.

-No se le ve muy contento…

-Para gente como yo, que cree en una identidad internacional, todo esto resulta bastante cínico. Por eso publicaciones internacionalistas liberales como « The Economist» han dicho que en estas elecciones apoyan a los liberal demócratas, porque somos el único partido, aunque seamos considerablemente más pequeño que los otros dos, que apoya unos valores británicos internacionalistas.

«Tim Farron ha dejado muy claro que no vamos a hacer coaliciones esta vez para el Número 10, ni con May ni con Corbyn»

-¿Y cómo le va a su partido? Las encuestas dicen que están un poco estancados, como mucho con una subida de un par de escaños. Parece que Tim Farron no es precisamente Nick Clegg…

-Eso es tu opinión, Luis, yo creo que Tim lo está haciendo extremadamente bien.

-Me ha sorprendido la inconsistencia que está mostrando May. Usted la conoce bien, trabajaron juntos en el Gobierno de coalición, ¿le ha sorprendido también o no?

-No, no es una sorpresa. Theresa May está más cómoda cuando tiene que centrarse en un número pequeño de problemas. No es una política con una visión profunda, ni que tenga agilidad o interés por las grandes ideas. Ha convertido estas elecciones en un tema sobre ella. Lo que necesitamos en el Número 10 es un político que tenga sentido de la historia y más centrado en las grandes cuestiones. Y eso no es su punto fuerte.

-¿Puede el Reino Unido permitirse las promesas sociales que está haciendo Corbyn o es algo imposible de pagar para el país?

-Por supuesto que es imposible. Completamente. Eso es «La la Land». Tú no puedes prometer todo gratis para todos y esperar que pague la cuenta el tres, cuatro o cinco por ciento del top fiscal, eso es ridículo. Por eso el Instituto de Estudios Fiscales [un respetado organismo de estudio independiente] está diciendo que con la reforma fiscal laborista tal vez no recaudarían al final ningún dinero a mayores.

-Pero curiosamente eso todavía tiene su público…

-Me temo que estamos ante el clásico ejemplo de populismo: prometer montones de regalos sin tener ni idea de cómo los vas a pagar. Pero hacen eso porque no esperan estar en el Gobierno. De hecho, en el fondo de su corazón, no creo que ni Corbyn lo quiera. Con Corbyn el laborismo se ha convertido en un partido de protesta, no de gobierno.

-En el hipotético y muy dudoso caso de que saliesen esas cuentas, ¿aceptarían los liberal demócratas una coalición con Corbyn?

-No. Tim Farron ha dejado muy claro que no vamos a hacer coaliciones esta vez para el Número 10, ni con May ni con Corbyn. No hay caso, en absoluto.

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