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Fracasa el golpe de Estado en Turquía

El Gobierno turco da por finalizado el levantamiento militar y confirma que no hay ningún área del país que no esté bajo control

Las cifras de muertos oscilan entre los 181 y 265, además de, al menos, 1.440 heridos. En torno a 2.800 militares han sido detenidos y 2.745 jueces destituidos

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El ministro de Defensa turco, Fikri Isik, ha asegurado que se ha evitado el golpe de Estado y que no queda ningún área del país que no esté bajo control del Gobierno. Isik ha matizado sin embargo que aún es demasiado pronto para decir que se ha eliminado por completo la amenaza de un golpe de Estado y ha instado a la población a tomar las calles de nuevo.

De esta manera, ya podemos hablar de golpe de Estado fallido en Turquía que se inición ayer, cuando el Ejército se hizo con el control de puntos estratégicos de Ankara y Estambul. Entonces, el presidente Recep Tayyip Erdogan llamó a la ciudadanía a la rebelión callejera contra la sublevación. Miles de partidarios se lanzaron entonces a las calles de ambas ciudades y se enfrentaron al Ejército, que incluso respondió con disparos a los civiles.

El balance provisional es de, al menos 1.400 heridos y al 161 civiles muertos (alrededor de 200 contando a los rebeldes), según los datos ofrecidos por el primer ministro turco, Benali Yildirim. Por su parte, hay 2.839 militares detenidos, entre ellos dos generales, y 2.745 jueces destituidos. La imagen de la televisión pública turca «TRT» siendo liberada por los propios ciudadanos certificó anoche el fracaso del golpe.

Erdogan, que se encontraba de vacaciones en el sureste del país cuando se produjo el golpe, anunció que regresaría a Ankara y restablecería la situación. Cerca de las 2 y media (hora española) tomaba tierra en Estambul. El islamista Recep Tayyip Erdogan llegó en un vuelo al aeropuerto Atatürk de Estambul, poco después de que el portavoz de la presidencia anunciara el fin de la intentona golpista. «Ningún poder está por encima de la voluntad popular», aseguró el presidente turco nada más aterrizar ante las televisiones del país. El líder turco se presentó como la víctima de una traición, cuyos «responsables lo pagarán muy caro», y justificó, por ello, una inminente limpieza en las filas del Ejército, que no se ha hecho esperar. Detenida la intentona golpista, el gobierno turco anunciaba la inmediata destitución de 5 generales y 24 coroneles.

[Sigue aquí en directo el intento de golpe de Estado en Turquía]

El Ejecutivo ha pedido a sus seguidores, como ya hiciera ayer, que se mantengan en las calles para evitar otras posibles intentonas golpistas. Anoche la gente desafió la amenaza de los tanques y el aterrador sonido de los cazas volando muy bajo en las ciudades de Estambul y Turquía para plantarle cara a los militares que se alzaron en armas contra el Gobierno.

No solo los partidarios del AKP y Erdogan se han opuesto al golpe esta noche. Numerosos activistas, periodistas y medios de comunicación normalmente muy críticos con las posturas del presidente también han mostrado su total apoyo al orden democrático. También los tres partidos opositores con representación parlamentaria han comunicado su rechazo a la revuelta militar.

2.800 militares arrestados

El ruido de sables comenzó apenas seis horas antes y, a las 22.30 horas, el Ejército se desplegaba en puntos estratégicos del país, entre ellos aeropuertos, puentes y medios de comunicación. Allí respondió con disparos a las manifestaciones, causando cientos de heridos. La Policía, que sufría en los primeros compases sus primeras 17 bajas, y los servicios secretos se han alineado en el bando presidencial. Al final de la jornada, cerca de 1.500 golpistas fueron arrrestados por las fuerzas leales, que han continuado hasta detener a 2.800 militares.

Retroceso golpista

Los golpistas han perdido con el paso de la horas los grandes puntos estratégicos que tomaron anoche, como los puentes estambulitas sobre el Bósforo o la televisión pública. Según explica a ABC una de las trabajadoras del ente, unos 40 militares entraron en el edificio y les requisaron los teléfonos móviles. Los periodistas han estado retenidos en las instalaciones hasta esta mañana. Finalmente, «tras unos disparos al aire», los militares se han rendido y entregado a la policía.

En el aeropuerto de Atatürk, en Estambul, otro de los puntos claves de la noche, la normalidad trata de abrirse paso. Las puertas ya se han abierto al público esta mañana, comienza a hablarse de funcionamiento habitual pero la mayoría de vuelos han sido cancelados o sufren importantes retrasos. «Hay unos cientos de personas frente a los mostradores esperando para poder embarcar», cuenta a ABC un pasajero turco. «Por ahora nos dicen que esperemos y solo los vuelos a Adana y Antalya parecen estar funcionando».

Erdogan culpa a Gülen

El jefe del Estado turco no tardó en poner rostro al que, a su juicio, era el principal instigador de la andanada. «Una estructura paralela de poder», dijo. Término empleado habitualmente para describir a su enemigo declarado, el clérigo Fethullah Gülen. Definía el golpe como un intento ejecutado por «una minoría del Ejército». Por ello y en la multitudinaria manifestación que se ha celebrado esta tarde en Estambul, Erdogan ha solicitado a EE.UU. la extradición de Gülen.

El clérigo se convirtió en un enemigo político del presidente Erdogan después de que en 2013 se conocieran casos de corrupción, supuestamente destapados por simpatizantes del clérigo, en el círculo más íntimo del presidente. No obstante, partidarios del clérigo y el propio Gülen, han asegurado que las acusaciones de que están implicados en el golpe «son muy irresponsables» y falsas.

Los principales partidos de la oposición turca no tardaron en manifestar su pleno apoyo al orden constitucional. El líder del Movimiento Nacionalista (MHP), Devlet Bahçeli, llamó inmediatamente a Yidirim por teléfono para expresarle su total respaldo a la voluntad del pueblo en las urnas.

«Este país ya ha sufrido demasiado por los golpes de Estado. No queremos que esas dificultades se repitan», ha dicho, por su parte, el líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP), Kemal Kiliçdaroglu. «El CHP depende completamente de la libre voluntad del pueblo, algo indispensable en nuestra democracia parlamentaria», ha recalcado.

Turquía ha amanecido con escenas de celebración entre el pueblo, principal artífice del fracaso del golpe militar, mientras continúa haciendo balance de muertes y detenciones, en medio de una purga urgente en el Ejército. La liberación del jefe del Estado Mayor, Hulusi Akar, cuya adhesión al presidente se cuenta como una de las principales claves del fracaso, y que permaneció durante varias horas en manos de los sublevados, ponía fin a la noche más trágica y tensa de la puerta de Europa.

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