El modelo para Corea del Norte debe ser Libia

El mundo está lleno de gentes deseosas de creer en las hadas madrinas

Ramón Pérez-Maura

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Esta semana se ha armado un gran revuelo en Estados Unidos cuando el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, ha dicho que ve en Libia un modelo de desarme nuclear que debe ser aplicado en Corea del Norte. Lo que se ha reducido al titular de este artículo, suprimiendo las palabras «de desarme nuclear». Si a ello unimos el que el conocimiento de la política internacional del común de los norteamericanos es limitado y que ese escaso conocimiento afecta también al presidente Trump, el resultado es que a Bolton le ha caído la del pulpo. El propio Trump le ha dicho que «El modelo libio no es un modelo que tengamos presente en absoluto cuando pensamos en Corea del Norte. En Libia diezmamos el país. No hubo un acuerdo para mantener a Gadafi. El modelo libio mencionado fue un asunto muy diferente». Efectivamente lo fue. Porque el sangriento derrocamiento de Gadafi fue en 2011 y de lo que hablaba John Bolton fue de la desnuclearización de Libia en 2003. En aquella época Muamar al Gadafi había visto el derrocamiento de Sadam Husein y con sabio criterio había puesto sus barbas a remojar. Tenía miedo de que Bush le hiciera seguir los mismos pasos así que, de forma preventiva, decidió declarar un desarme nuclear total y abrir la puerta a que los inspectores norteamericanos lo examinaran sin limitaciones. Hasta el punto de que inspectores norteamericanos sacaron del país elementos relevantes del programa nuclear. Fue una de aquellas victorias de Bush que nadie quiere recordar. Ni siquiera como modelo para aplicar a Kim Jong-un a pesar de lo bien que fue con Gadafi.

Las palabras de Bolton han provocado la furia del coreano que ha amenazado con cancelar la cumbre con Trump del 12 de junio porque eso es exactamente lo que él quiere evitar: que se le imponga un desarme nuclear total. Y es en ese sentido en el que el modelo libio es inaceptable para él. Pero lo mejor de esta polémica para el dictador coreano es que la reacción de los medios de comunicación norteamericanos en contra de Bolton ha demostrado que son muchos los periodistas y analistas que demuestran con su forma de enjuiciar los hechos que sienten mayor afinidad con el dictador lanza misiles que con el consejero de Seguridad Nacional de la primera democracia del mundo cuyo principal objetivo sigue siendo el de acabar con las amenazas a Estados Unidos y al Occidente libre. Como decía aquel gran «halcón» de la Administración Reagan, Richard Pipes, fallecido el pasado jueves, la distensión no es forma de derrotar a las dictaduras. No lo fue en el caso de la Unión Soviética que fue al fin vencida cuando se la confrontó con la carrera armamentística. No lo es en la actualidad con los intentos de distensión con los islamistas y no lo será tampoco con Corea del Norte. Pero el mundo está lleno de gentes deseosas de creer en las hadas madrinas. Les deseo que les vaya bonito. Pero no cuenten conmigo.

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