Merkel intenta moderar el tono del debate sobre la inmigración

La canciller habló en el parlamento sobre las marchas ultras en el este de Alemania

Angela Merkl escuaha el discurso de la copresidenta de Alternativa para Alemania, Alicia Weide EFE

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Después de que el partido anti extranjeros y anti inmigración A lternativa para Alemania (AfD) forzase la conversión del debate presupuestario en un debate sobre el estado de la inmigración, la canciller Merkel ha hecho su primer discurso ante el pleno del parlamento sobre las marchas ultras en el este de Alemania y ha optado por un tono firme, pero moderado, y por poner el foco en la dignidad de la persona. Merkel reconoció que «puedo entender a cualquiera que se sienta indignado cuando los solicitantes de asilo cometen delitos», pero subrayó que «no hay excusa» y que «la dignidad humana es inviolable». «Nada justifica llevar a cabo manifestaciones contra personas. No hay excusa alguna para la instigación al odio, el uso de la violencia, las consignas nazis contra las personas de aspecto diferente o los ataques a policías».

«Nada justifica llevar a cabo manifestaciones contra personas. No hay excusa alguna para la instigación al odio», dijo Merkel

Bastante más exaltado, el diputado del Partido Socialdemócrata y candidato del SPD a la Cancillería en las pasadas elecciones, Martin Schulz, se dirigió al presidente de AfD en un turno de respuesta como a un «montón de estiércol» y enviándolo verbalmente «al estercolero de la historia», por «simplificar y reducir todos los problemas de esta sociedad a un solo tema, la inmigración, lo que Constituye un método fascista».

El aludido, Alexander Gauland , había afirmado que quienes se han paseado por las calles de Chemnitz con los brazos en alto y gritando consignas nazis «son idiotas y tontos que componen solamente una minoría». «La única verdad es que cientos de personas utilizaron en Chemnitz espontáneamente su derecho de reunión y que fueron tomados como amotinados… perseguidos como en un estado totalitario», dijo, acusando al resto de partidos de «estar tratando de criminalizar a la oposición mediante una especia de frente popular contra AfD».

Merkel, en cambio, evitó toda provocación, esquivó un tono desconocido en el Bundestag desde antes de la II Guerra Mundial y trató de poner paz, rechazando la sospecha generalizada sobre todos los refugiados o sobre todas las personas del este de Alemania. «Ni unos son criminales per se, ni los otros de derechas per se», defendió, «judíos, musulmanes, todos forman parte de nuestra sociedad, de nuestras escuelas, de nuestros partidos, al igual que los cristianos y los ateos… Estoy convencida de que la mayoría de la gente en Alemania vive y trabaja por una coexistencia tolerante ». Merkel recordó que en Alemania existen reglas «y estas reglas no pueden ser reemplazadas por emociones. Esta es la base del Estado de derecho».

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