Al Sisi, a la derecha de la imagen, recibe ayer en El Cairo al presidente palestino, Abas
Al Sisi, a la derecha de la imagen, recibe ayer en El Cairo al presidente palestino, Abas - AFP

Un «lavado de cara» de la mano de agencias de publicidad para el régimen de Al Sisi

Los servicios secretos egipcios han contratado sendas agencias de relaciones públicas para redoblar su «lobbying» en EE.UU. a dos semanas de la visita de Al Sisi a Trump

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La madrugada del 9 de noviembre de 2016, no fueron pocos los que recibieron con alborozo en Egipto la noticia de la victoria del candidato republicano Donald Trump sobre la demócrata Clinton. Apenas unos días antes de que Trump se sentara en el sillón presidencial, los servicios secretos egipcios firmaron contratos con agencias de relaciones públicas y publicidad por el valor de casi 2 millones de dólares, con la intención de «lavar la imagen» del país árabe ante la nueva administración y exportar su imagen de liderazgo clave en la contención del yihadismo y la emigración. Paralelamente, el presidente y exmilitar Abdelfatah Al Sisi visitará la Casa Blanca la primera semana de abril, donde estrechará manos con su homólogo estadounidense.

Según han confirmado a ABC desde la reconocida agencia Weber Shandwick, la inteligencia egipcia ha contratado sus servicios –por el monto de 1,2 millones, 600.000 para la agencia Cassidy- con la intención de promover «la asociación estratégica» entre ambos países y el papel de Egipto como líder en la región: un completo lavado de cara frente a la fría posición de su predecesor Obama y las cada vez más comunes denuncias de periódicos de cabecera como el Washington Post o el New York Times, que hace menos de una semana publicó el editorial «Estados Unidos no debería ser cómplice de Egipto». En su último informe publicado, el Departamento de Estado denunciaba torturas y otras violaciones efectuadas por las fuerzas de seguridad egipcias.

Estados Unidos ofrece a Egipto una ayuda militar de 1.300 millones anuales

Los generales Nasser Fahmy y Jaled Fawzy, director general de la Agencia de Inteligencia egipcia, firmaron los documentos -publicados por Estados Unidos- en lo que ha sido visto como un raro movimiento de duplicidad gubernamental: normalmente son los ministerios de Exteriores o las misiones diplomáticas quienes contratan los servicios de agencias de «lobby», un fenómeno relativamente extendido y que han seguido con desiguales resultados países como Rusia, Kuwait o Libia. El propio ministerio egipcio cuenta con un contrato de 3 millones de dólares con la agencia Glover Park Group firmado en octubre de 2013, meses después de la asonada militar que destituyó al presidente islamista Mohamed Morsi. Entonces, lo que muchos vieron como un golpe de Estado militar contra un gobierno electo, así como la violenta represión posterior generó a Al Sisi y los militares numerosas críticas internacionales, llegando incluso a congelarse temporalmente la ayuda militar estadounidense. Años después, con Al Sisi elegido en comicios, Obama reanudó su ayuda militar de 1.300 millones de dólares anuales, pero siguió manteniendo cierta frialdad y distancia con el Ejecutivo.

«En el Gobierno egipcio estaban esperando la elección de Trump, confiados en que éste se preocupará o inmiscuirá menos en el tema de los derechos humanos, que el Gobierno ve como algo interno», señala a este diario el analista político Mustafa Kamel. Abdelfatah Al Sisi fue el primer líder extranjero en felicitar a Trump por su victoria electoral: Trump ha declarado que el dirigente egipcio «es un amigo leal, no sólo un aliado», mientras que para Sisi, el «gran y profundo entendimiento» de la región es el primer paso para la mejora de las relaciones bilaterales entre ambos países.

Visita presidencial a EE.UU.

Sisi y Trump se estrecharán la mano en la Casa Blanca durante la primera visita oficial del mandatario egipcio en la primera semana de abril, según ha publicado estos días el diario estatal Al Ahram. Para las autoridades egipcias, esta reunión dará «un nuevo impulso» a sus relaciones. Aunque no se han ofrecido más detalles de la visita, analistas consultados por ABC apuntan a varias cuestiones claves: mantener -o aumentar- la ayuda militar estadounidense, presentar al gobierno egipcio como muro de contención del yihadismo en la zona, compartir inteligencia y discutir el caso de los Hermanos Musulmanes.

La cofradía islamista del anterior presidente, Mohamed Morsi, ha sido declarada grupo terrorista por el Ejecutivo de Al Sisi, que ha encarcelado y perseguido a miles de sus seguidores, y ha batallado para que reciban la misma etiqueta en países como EE.UU. y Reino Unido, hasta el momento sin éxito. En lo que parece un cambio de aires bajo el control republicano del legislativo estadounidense, senadores como Tez Cruz han presentado ante la Cámara iniciativas para catalogar a la cofradía islamista como terrorista. «Ahora hay muchos republicanos que sí que apoyan catalogar a los Hermanos Musulmanes como grupo terrorista, mientras que a otros congresistas simplemente les es indiferente hacerlo o no», señala a este diario Timothy E. Kaldas, analista del Instituto Tahrir para las Políticas de Medio Oriente.

En la última década, las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Egipto se han apagado desde su máximo exponente, hacia la guerra fría, cuando Egipto era considerado «el pilar de Estados Unidos» en Oriente Medio, explica Mojtar Awad, analista en asuntos de extremismo para la Universidad George Washington. Hoy día, y con Trump al frente de la Casa Blanca, las relaciones, al menos por parte de los egipcios, están llenas de expectativas.

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