Johnson asegura que no habrá prórroga para el Brexit a pesar de las dimisiones y la crisis en su partido

Hoy viaja a Dublín para resolver el obstáculo del mecanismo irlandés en la negociación de un nuevo Acuerdo de Retirada

Boris Johnson y la mimistra de Trabajo, Amber Rudd , en una imagen de archivo EFE

IÑIGO GURRUCHAGA

La ministra de Trabajo y Pensiones, Amber Rudd , dimitió en la noche del sábado, coordinando su renuncia con la publicación de una entrevista en «The Sunday Times»’ en la que afirma que ya no cree que el principal objetivo del Gobierno sea llegar a un acuerdo con la Unión Europea sobre el Brexit, porque no está mostrando «un suficiente compromiso con la necesidad del acuerdo».

La marcha de Rudd llega días después de que Jo Johnson, hermano del primer ministro, abandonase la política tras ejercer como secretario de Estado de Universidades, Ciencia e Investigación y miembro del Gabinete, y en el final de una semana en la que la estrategia del Gobierno de negociar con la UE bajo la amenaza de un Brexit abrupto y de convocar elecciones ha sido bloqueada.

El «Sunday Times» inserta en el texto de la entrevista con Rudd, en su edición digital, un sondeo a sus lectores en el que les pregunta si Boris Johnson debe dimitir. El líder afirmó el viernes que, tras el bloqueo de su estrategia, intentará llegar a un acuerdo con la UE. Hoy viaja a Dublín, donde el primer ministro, Leo Varadkar , tiene un papel esencial para resolver el obstáculo del mecanismo irlandés en la negociación de un nuevo Acuerdo de Retirada.

Rudd y los dos Johnson pertenecen a la tradición conservadora de «One Nation», una nación, que pone el acento en la política de consenso social. La ya exministra, con un currículum regular como ministra o empresaria, agradece en su carta de despedida al primer ministro y a su excolega de Hacienda, Sajid Javid, que hayan sido generosos con el presupuesto de su ministerio, que administra subsidios sociales, para mantener una política «compasiva».

Rudd presidía el grupo parlamentario de los conservadores alineados con esa forma de administración del poder, en conflicto en los últimos años con los «brexiters» inclinados hacia una política más «neoliberal» o «thatcherista». La Dama de Hierro purgó su primer Gabinete de «One Nation tories», por su crítica persistente a la austeridad fiscal en un momento de crisis económica.

Es frecuente que este tipo de política sea abogada por conservadores adinerados, como lo eran algunos de los purgados por Margaret Thatcher y como ocurre de nuevo. Rudd es hija de un intermediario bursátil y de una magistrada, que gestionó también una compañía de inversiones. Fue más tarde la asistente de producción de la película ‘Cuatro bodas y un funeral’ para fichar como extras a aristócratas y gente fina.

Jengibre

En la batalla entre facciones del grupo parlamentario que precedió a la dimisión de Theresa May , Rudd fue clara sobre su oposición a la marcha sin acuerdo y negó la idoneidad de Boris Johnson como nuevo líder, «porque es un hombre en el que no puedes confiar si te ofrece llevarte en coche a tu casa». Pertenece al círculo de amigos del primer ministro, todos ellos posibles protagonistas de novelas de Evelyn Waugh o Anthony Powell.

También es hombre de alcurnia, aunque de otra generación, sir Nicholas Soames, nieto de Winston Churchill y amigo del Príncipe Carlos. Fue purgado por votar en favor de que el Parlamento tramitase la ley que impediría a Johnson ejecutar una marcha de la UE sin acuerdo y ha expresado su frustración con un insulto sofisticado a uno de los más destacados «brexiters».

Jacob Rees-Mogg es rico y fue a la escuela de Eton, pero su padre era de clase media, director de «The Times». Las almibaradas maneras de Rees-Mogg tienen un tono infantil o de parodia. Según Soames, expulsado del Partido Conservador por Rees-Mogg y su cuadrilla: «Es un absoluto farsante, un ejemplo vivo de lo que un traje de chaqueta cruzada con corte regular y una corbata decente pueden hacer si se tiene un acento ultrafino y un poco de jengibre metido en el culo».

El grupo parlamentario se ha cuarteado, pero, según un sondeo reciente de YouGov, el 61% de los miembros del Partido Conservador quiere el Brexit aunque cause «daño significativo» a la economía, el 63% y el 59% lo quieren aunque cause la independencia de Escocia y la pérdida de Irlanda del Norte. Las asociaciones locales están repletas de ‘brexiters’ radicales.

Conservadores moderados y comentaristas afirman que Johnson, ahora aislándose del círculo social en el que se educó, está siguiendo una estrategia de absorción de votantes posibles del Partido del Brexit que empujará a los simpatizantes moderados hacia otros partidos. Por el momento, Rudd se suma a los purgados que se presentarán a los futuros comicios como Conservadores Independientes.

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