La izquierda gana en Dinamarca con desplome de la ultraderecha

La socialdemócrata Mette Frederiksen se impone con el 27 por ciento de los votos

La social demócrata Mette Frederiksen Reuters

José Pablo Jofré

Sin sorpresas, con expectación y dejando atrás campañas cargadas de odio, los daneses salieron ayer a votar desde las 6 de la mañana (una hora antes de lo habitual) y en miércoles festivo: el Día de la Constitución de Dinamarca dejó a los socialdemócratas del Socialdemokraterne -fundado en 1871, uno de los partidos más antiguos de Europa- como ganador en unas elecciones a las que 4,2 millones de personas estuvieron llamadas a las urnas, de las cuales la participación ha superado el 80 por ciento.

Con más del 75 por ciento escrutado al cierre de esta edición, la líder de los socialdemócratas, Mette Frederiksen, ha sido la candidata más votada, con el 26,9 por ciento, mejorando por apenas unas décimas el resultado de los comicios de 2015. A sus 41 años, Frederiksen se convertirá en la primera ministra más joven en la historia del país. En segundo lugar, se habría situado la formación que lidera Lars Rasmussen, el Partido Liberal, que sube cinco puntos, hasta el 23,4 por ciento. Rasmussen reconoció la derrota y anunció que hoy presentará la dimisión del gobierno ante la reina.

Por su parte, el Partido Popular Danés, de tintes claramente xenófobos, ha sufrido un fuerte varapalo por parte de los electores y ha perdido la mitad de votos y escaños y cae a la tercera posición, con un 9,6 por ciento, obteniendo un resultado muy similar al de los últimos comicios europeos.

Otras formaciones de izquierda, como el Partido Social Liberal, con el 7,4 por ciento de los votos y un alza de tres puntos respecto a hace cuatro años, el Partido Socialista, con el 7 por ciento y un ascenso similar, o la rojiverde Lista Unitaria, que cedió dos puntos para lograr el 5,5 por ciento de los sufragios, inclinan la balanza hacia el centro-izquierda en las elecciones celebradas ayer en Dinamarca.

También tendrán presencia en el hemiciclo el Partido Conservador, con el 6,9 por ciento; la Alianza Liberal, con el 2,2; Nueva Derecha, con el 2,5, y Alternativa, con el 2,4. Está por ver que puedan tener presencia en la Cámara el Partido Democristiano y Rumbo Firme, formación que propugna la prohibición del islam en Dinamarca, ambas con un 1,9 por ciento de los votos. Estos dos últimos partidos quedarían automáticamente fuera si no logran superar el 2 por ciento exigido.

En estos comicios, Rasmussen rompió con la tradición no escrita en el país de convocar las elecciones con una antelación de tres semanas, con lo que la campaña electoral para elegir a los 179 legisladores del Folketing, el Parlamento danés -y que incluye los territorios autónomos ligados al Reino de Dinamarca: dos por Groenlandia y dos por las islas Feroe- fue más larga de lo habitual. Los comicios de ayer de este miembro de la Unión Europea -pero no de la zona euro-, estuvo impregnada de propaganda populista y xenófoba, así como por la emergencia climática y la sostenibilidad del sistema social. Semanas atrás, por ejemplo, y con las encuestas sobre la mesa, Rasmussen expresaba en campaña su interés en transformar en permanentes los actuales controles en la frontera con Alemania.

La vencedora, Mette Frederiksen, ha rechazado en repetidas ocasiones el ofrecimiento de Rasmussen para crear un Ejecutivo de centro que aísle a las fuerzas más extremas. Para el nuevo bloque de Gobierno, el cambio climático debe marcar la agenda en Copenhague: el 46% de la población del país nórdico sitúa el clima como un elemento fundamental a lo que Frederiksen ha ofrecido una Dinamarca libre de combustibles fósiles en 2045.

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