Una multitud asistió el pasado viernes al funeral del italiano Giulio Regeni, asesinado en Egipto, en Fiumicello (Italia)
Una multitud asistió el pasado viernes al funeral del italiano Giulio Regeni, asesinado en Egipto, en Fiumicello (Italia) - EFE

Los incómodos «desaparecidos» de Egipto

El hallazgo del cadáver del italiano Giulio Regeni, con signos de tortura, desata el escándalo

El Cairo Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El italiano Giulio Regeni desapareció súbitamente y sin dejar rastro este 25 de enero en El Cairo, cuando la mayoría de los egipcios conmemoraban el aniversario de la revolución en sus casas y las calles de la capital permanecían tomadas por miles de policías y militares. Ocho días después, y tan sólo tras la insistencia del Gobierno italiano para que se esclareciera su desaparición y una gran campaña pública en las redes sociales, el cuerpo del joven estudiante de 28 años fue encontrado en una cuneta, con evidentes signos de tortura.

Las circunstancias de su desaparición, así como testimonios de oficiales de Policía -bajo condición de anonimato- recogidos por el diario «The New York Times», apuntan a que Giulio Regeni ha sido uno más de los cientos de «desapariciones forzosas» que se multiplican en los últimos años el país de los faraones.

Los oficiales admiten que Regeni habría sido detenido por la Policía, que sospechó que podría «ser un espía» porque en la memoria de su teléfono tenía contactos de miembros de los ahora ilegalizados Movimiento 6 de Abril o la Hermandad Musulmana.

Cuando a las dos de la madrugada del pasado 12 de enero Israa abrió la puerta a unos supuestos policías vestidos de civil, no supuso que pasarían días, semanas o incluso meses sin noticias de su hermano pequeño. Asir, de catorce años, fue «secuestrado» por los oficiales identificados como de «Seguridad del Estado», que también registraron su habitación y explicaron a la familia que investigarían su implicación con «un grupo terrorista» y que lo interrogarían durante un máximo de 2 horas. A día de hoy, la familia todavía desconoce su paradero y las comisarías del área niegan su detención.

Entre diciembre y enero cerca de 60 personas han «desaparecido» al parecer a manos de la Policía egipcia

Sólo en diciembre y enero de 2016, cerca de 60 personas han «desaparecido» supuestamente a manos de la Policía egipcia, según datos recopilados por grupos independientes. De agosto a noviembre de 2015, la campaña « Stop Forced Disappearance», organizada por la ONG Comisión Egipcia por los Derechos y las Libertades (ECRF), denunció 340 casos de «desapariciones forzosas». «Libertad para los valientes», un grupo izquierdista egipcio, documentó al menos 163 casos de abril a junio de 2015. Las cifras exactas varían de un grupo a otro, pero la tendencia al alza ha sido constatada y denunciada por organizaciones internacionales como Human Rights Watch, Amnistía Internacional o el grupo de trabajo de las Naciones Unidas en las Desapariciones Forzosas (Unwed).

«Con la excusa del Estado de Excepción tras el golpe (contra el expresidente Mohamed Mursi, en 2013), muchos 'desaparecieron', especialmente tras la dispersión de las manifestaciones en la plaza de Rabaa (donde el enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y manifestantes se cobró al menos 1.000 vidas). Pero, en 2015 han vuelto a aumentar los casos y se estima que los números seguirán subiendo», explica a ABC el investigador en Desapariciones Forzosas del ECRF, Abdelrramán Gad.

Aunque los objetivos de estas desapariciones forzadas solían ser islamistas afines a la Hermandad Musulmana, en los últimos meses se han hecho más «aleatorias» y afectan también desde a activistas políticos a cualquiera sospechoso de participar o haber participado en protestas. La última vez que familiares y amigos los ven es en manos de supuestos oficiales de policía, normalmente vestidos de civil, que se los llevan para interrogarlos. Entonces, relata Gad, son detenidos sin posibilidad de ver ni a abogados ni familiares y llevados a «lugares secretos de detención», donde son torturados hasta que confiesan algún tipo de vinculación con grupos terroristas como la Hermandad Musulmana o Daesh, o algún otro delito, sin el límite de tiempo de 48 horas que marca la Ley egipcia antes de presentar cargos.

«Las Fuerzas de Seguridad los torturan de forma sistemática sin temor a represalias»

«Las Fuerzas de Seguridad del Estado torturan a sus prisioneros de forma sistemática, sin temor a represalias», explica Gad. La utilización de métodos de tortura por la Policía egipcia como golpes, quemaduras de cigarrillo, electrocuciones o violaciones, algunos llevados al límite de la muerte del prisionero, han sido largamente documentados por organizaciones humanitarias ya antes de la llegada del actual presidente, Abdelfatah Al Sisi, al poder. En 2010, la muerte en custodia policial de un joven fue la chispa que encendió el descontento social que en enero de 2011 provocó la revolución contra el régimen de Hosni Mubarak. En 2015, el Centro Nadeem para la Rehabilitación de Víctimas de Violencia y Tortura documentó al menos 440 casos de tortura en estaciones de Policía.

El cuerpo de Giulio Regeni fue encontrado ocho días después de su desaparición, en la cuneta de una de las principales autopistas que salen de la capital egipcia. Una fuente en el departamento de investigación forense en Egipto apuntó a Reuters que Regeni habría sufrido torturas como electrocuciones en genitales, quemaduras de cigarrillo y cortes en hombros y orejas, y que tenía varias costillas rotas y golpes en la cabeza y espalda, uno de los cuales le habría provocado la muerte, por hemorragia cerebral. Aunque no entró en detalles, el ministro de Interior italiano, Angelino Alfano, afirmó que Regeni sufrió un trato «inhumano».

Como Giulio, algunos de los desaparecidos en Egipto acaban muertos. La versión de las autoridades suele ser que fallecieron en «un accidente de tráfico», ya utilizada en numerosas ocasiones para justificar las muertes de activistas o detenidos conocidos. Otros, en cambio, tras días detenidos sin cargos ni abogados y sin respuestas a las familias cuando preguntan dónde están sus hijos, o siquiera si están bajo custodia policial, son puestos en libertad, como Abdalá Masaoud, «desaparecido forzoso» por las fuerzas de seguridad el pasado 24 de enero y liberado, tras sufrir torturas, esta misma semana, cuenta por teléfono un amigo suyo. Sin embargo, la mayoría «aparecen» más tarde sentados en el banquillo de los acusados, asevera Gad a ABC.

Islam Khaled desapareció tras ser detenido en la madrugada del 5 de mayo. Según su hermano Nur, detenido también ese día pero puesto en libertad dos días después, Islam no era activo políticamente (a diferencia de Nur), pero tras más de 100 días en paradero desconocido, el 23 de septiembre «apareció» finalmente tras ser condenado por pertenencia a un grupo terrorista, la Hermandad Musulmana.

Más de cien denuncias

Los casos se le acumulan al Gobierno egipcio, y el Ministerio de Interior admitió a estudio en enero 101 denuncias de desapariciones forzosas, pese a que en octubre el encargado de la comisión para Derechos Humanos del Ministerio, Salah Fouad, insistió a medios locales que «no hay casos de desapariciones forzadas en Egipto». Una línea que tanto el Ministerio de Exteriores como el de Interior mantienen en el caso de Regeni, negando que se trate de «una desaparición forzada» o cualquier implicación de la Policía en su muerte.

Sin embargo, activistas egipcios han tomado como suya la muerte de Regeni, estudiante de doctorado en Cambridge que investigaba sobre sindicatos y trabajadores irregulares en Egipto. «Giulio ha pagado al final con su vida, justo como muchos de nosotros egipcios en este Estado policial», afirmó a ABC Sally Touma, quien señala que muchos activistas egipcios viven «llenos de miedo» ante la impunidad de la Policía egipcia.

Con cerca de 60 nuevos casos tan sólo en los últimos dos meses, las fuerzas de seguridad egipcias parecen ignorar las restricciones enfocadas en los derechos humanos de la Constitución de 2014, el primer paso de la «hoja de ruta» de Al Sisi tras la revolución y que el presidente dio por concluida «exitosamente» esta semana.

Ver los comentarios