«Gran Hermano» en las calles de Lisboa: se autorizan las grabaciones de audio junto a las cámaras de videovigilancia

Polémica en Portugal por la puesta en marcha de una medida que arranca en el Barrio Alto de la capital

Asociaciones de derechos civiles ya han rechazado la medida por considerarla una intromisión injustificada en la intimidad JUAN CARLOS SOLER
Francisco Chacón

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El ‘Gran Hermano’ se completa en las calles de Lisboa. Numerosos rincones de la capital portuguesa disponen de cámaras de seguridad que registran imágenes de los alrededores, pero el Ministerio de Admnistración Interna (MAI) va a autorizar las grabaciones de sonido a través de los sistemas de videovigilancia que utilizan tanto la policía nacional como la militar.

El objetivo es completar la prevención de crímenes y facilitar la identificación de posibles sospechosos de los más diversos delitos, incluidos los relacionados con el terrorismo, en vista de que las conversaciones pueden ser un arma útil de combate a las infracciones, mucho más cuando se trata de averiguar en un corto periodo de tiempo cuáles eran las intenciones de los que buscaban perturbar el tono de tranquilidad general.

La media ya puede aplicarse, de manera experimental, en el Barrio Alto, una de las zonas de animación nocturna más concurridas de Lisboa, junto con el área de Cais do Sodré, al lado de la estación fluvial del mismo nombre.

Hace años que los altercados se suceden en el perímetro comprendido entre el Chiado, la Bica y Príncipe Real, con los jóvenes inundando las aceras copa en mano y numerosos traficantes de drogas campando a sus anchas. De manera que este contexto hizo que las autoridades locales se decidieran por este enclave como laboratorio de pruebas.

Pero la iniciativa nace marcada por la polémica, puesto que no quedan definidos con exactitud los supuestos en que ha de ponerse en práctica . Los lugares públicos permanecen sujetos a esta nueva herramienta en caso de «peligro concreto», sin más especificaciones.

La consecuencia inmediata del revuelo causado por el anuncio de esta norma se resume en las dudas que genera la ambigüedad del texto original . ¿Debe tomar cartas en el asunto la Comisión Nacional de Protección de Datos?, es lo que se preguntan los ciudadanos menos conformes con esta circunstancia.

Los expertos en cuestiones de seguridad se cuestionan si «la captación de sonido acarrea más ventajas que inconvenientes». Y prosiguen: «Han de aprovecharse al máximo los recursos, pero siempre que hay que ver cualquier operación contando con el beneplácito de las autoridades judiciales».

Por tanto, la autorización debe llegar en forma de permiso administrativo . En cualquier caso, el Barrio Alto lisboeta solo se beneficia, de momento, de la posibilidad de activar este mecanismo, pero realmente no ha entrado en funcionamiento por ahora.

La asociación de Direitos Civis ya ha alzado su voz en contra: «Es evidente que se trata de una intromisión en la vida de las personas ».

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