Imagen de Theresa May en un periódico británico
Imagen de Theresa May en un periódico británico - AFP

Golpe de mano de Theresa May

«La primera ministra ha justificado el adelanto electoral en la necesidad de un Gobierno fuerte en la negociación con Bruselas»

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La convocatoria anticipada de elecciones en el Reino Unido demuestra que el Gobierno británico va a conducir el Brexit ateniéndose a sus intereses. La primera ministra, Theresa May, ha justificado el adelanto electoral en la necesidad de un Gobierno fuerte en la negociación con Bruselas, pero los factores detonantes de la decisión son más oportunistas. Para empezar, el laborismo británico está en cotas mínimas de apoyo ciudadano, gracias a la desastrosa dirección del radical Jeremy Corbyn. Las elecciones del 8 de junio pueden marginar definitivamente a la izquierda británica en un proceso histórico para el futuro del Reino Unido. En fin, May quiere dar la puntilla al Partido Laborista, además de responder al nuevo desafío del independentismo escocés con una mayoría conservadora más sólida en Westminster, que remate el mensaje del «no» a un segundo referéndum por la independencia escocesa.

May necesita legitimarse políticamente y romper amarras con la herencia de David Cameron, y sólo puede conseguirlo concurriendo a las urnas con su propio programa. De paso, el Partido Conservador puede dar a las próximas elecciones un tono plebiscitario, después de haber removido los cimientos del parlamentarismo británico con dos referendos -Escocia y Brexit- que han convulsionado la historia reciente del país.

De cara a la UE, esta convocatoria no supone la expectativa de un cambio en la decisión británica de abandonarla. Es más, May buscará un grupo conservador en el Parlamento británico más cohesionado y más preparado para ratificar el convenio de separación que el Gobierno pacte con Bruselas. Así, la primera ministra apuesta fuerte con el adelanto electoral y toma la iniciativa, tanto dentro como fuera del Reino Unido, para unas negociaciones en las que ambas partes deben fijarse como objetivo una relación sólida, fiable y duradera entre ellas, y no un ajuste de cuentas que no beneficiaría a nadie.

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