El Gobierno socialista portugués pondera dimitir en bloque

El presidente del partido, Carlos César, admite tal eventualidad tras aliarse sus socios de la izquierda radical con la oposición conservadora para reponer los nueve años congelados en la antigüedad de los profesores

El presidente del partido socialista, Carlos César
Francisco Chacón

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La guerra abierta entre los sindicatos de profesores y el Gobierno socialista portugués ha desembocado en una grave crisis política al otro lado de la frontera, con el núcleo duro del gabinete de António Costa reunido de urgencia este viernes 3 de mayo. Sobre la mesa, las palabras lanzadas por el presidente del partido, Carlos César, quien admite «que se está considerando incluso la dimisión en bloque».

Los acontecimientos se precipitaron después de que, a última hora del 2 de mayo, la comisión parlamentaria de Educación fuese testigo de una insólita alianza política para aprobar la recuperación de los nueve años congelados en la antigüedad reconocida a los docentes a la hora de cobrar su sueldo.

Los teóricos socios que sustentan a los socialistas en el Ejecutivo, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista , no tuvieron ningún reparo en ponerse de acuerdo con las dos principales formaciones de la derecha, el PSD y el CDS, con tal de sacar adelante una medida que implicará un coste de 800 millones de euros anuales a las arcas del Estado.

El Partido Socialista se posicionó en contra porque entiende que se trata de una cantidad «inasumible» para las cuentas públicas y descabalga todos sus cálculos financieros a partir de 2020, que es cuando entraría en vigor la normativa.

La batalla está servida en pleno año electoral, ya que solo restan cinco meses para los comicios legislativos del 6 de octubre. Y la cabeza visible del CDS, Assunçao Cristas, no ha desaprovechado la oportunidad de reclamar una moción de confianza contra António Costa.

Por su parte, el sindicato CGTP plantea extrapolar los términos de la polémica resolución a toda la función pública, una circunstancia que terminaría por endeudar al país vecino.

El escenario que se dibuja en la actualidad es de «todos contra todos»: los socialistas arremeten contra unos socios de quienes, en realidad, no se pueden fiar en esta fórmula denominada «geringonça» («artilugio», pues no es una coalición), el nuevo partido derechista Aliança critica que «resulta inaudito que los conservadores pacten con la extrema izquierda»… ¿Estallará la situación? La incógnita flota en el aire.

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