CLAVES DE LATINOAMÉRICA

El mal genio de Trump alarma a los socios americanos de EE.UU.

Colombia y Honduras, los dos países de la región con mayores compromisos militares con Washington, «despreciados» por el presidente

Donald Trump, durante un acto en la Casa Blanca Reuters

EMILI J. BLASCO

Donald Trump ha llegado a su primer aniversario como presidente de Estados Unidos habiendo metido el dedo en el ojo a varios de los que hasta ahora habían sido los socios más fiables de Washington en la región; y no parece que esté muy interesado en recomponer las relaciones.

Ya no es solo México, al que como candidato Trump ya atacaba, sino que la lista de damnificados ha comenzado a crecer. Sus últimas malas palabras para Centroamérica (llamando a algunas de esas naciones «países de mierda» ) y para Colombia (riñó por teléfono al presidente Juan Manuel Santos acusándole de no hacer bastante en la lucha contra el narcotráfico), distancian a Washington de capitales latinoamericanas que hasta ahora habían sido muy próximas. Si Trump maltrata así a sus amigos ... ¿qué otros colaboradores va a encontrar en el continente?

Riña a Santos

A comienzos de este mes se filtró el contenido de una conversación telefónica que Trump y Juan Manuel Santos mantuvieron en septiembre pasado. Era una llamada que el presidente colombiano hacía para mostrar su interés por las víctimas del huracán Harvey. Según contó una fuente a The Washington Post , durante 24 de los 25 minutos que duró la llamada Trump «destripó» a Santos por el aumento de la producción de cocaína en Colombia. «Tenemos un desastre en nuestras manos y tú te preocupas más de la guerrilla que del pueblo estadounidense », le habría echado en cara Trump, de acuerdo con esa versión.

Con ello, Trump se refería al aumento del consumo de cocaína colombiana en EE.UU., que ha causado un incremento del número de muertes por sobredosis y que está relacionada con el mayor número de hectáreas de cultivos de coca ocurrido en Colombia coincidiendo con los acuerdos de paz con las FARC.

Una semanas después, Trump compareció en público para advertir que había estado a punto de incluir a Colombia, como «país fallido» en la lista que elabora EE.UU. de los países que no hacen todo lo que pueden para combatir el narcotráfico. Aquello fue recibido como una humillación por los colombianos. Lo que no se sabía entonces es lo que ha desvelado la reciente filtración: Trump había humillado antes personalmente a Santos. Lo curioso es que Colombia es el país sudamericano que venía manteniendo las relaciones con EE.UU. más estrechas.

Bases militares

La misma actitud displicente, además, la ha tenido Trump con el mayor amigo de Washington en Centroamérica: Honduras . Aunque el calificativo de «países de mierda», que causó una enorme polémica hace unos días, Trump lo dedicó más explícitamente a El Salvador y Haití, así como a varias naciones africanas, el exabrupto incluía igualmente a Honduras, pues personas de esa nación también residen en EE.UU. acogidas al Estatus de Protección Temporal.

Colombia y Honduras son los dos países de mayor utilidad estratégica para EE.UU. en la región. En el marco del Plan Colombia, Washington y Bogotá firmaron en 2009 un acuerdo que hasta 2019 daba acceso a las tropas de EE.UU. a siete bases militares colombianas : una importante cesión, que el país suramericano aprobó con convicción, pero que le supuso importantes roces con los países vecinos. En Honduras, las Fuerzas Armadas estadounidenses disponen de dos importantes centros, la base aérea de Soto Cano , con la pista de aterrizaje más grande de Centroamérica, y la base aeronaval de Carataca , en la Mosquitia, un punto crucial en las rutas del narcotráfico.

Estatus de Protección Temporal

El Estatus de Protección Temporal garantiza la continuidad en EE.UU. de personas que fueron recibidas por motivos humanitarios. Así, debido a los destrozos del huracán Mitch de 1999, 86.000 hondureños y 5.000 nicaragüenses están acogidos a esa excepción. También lo están unos 260.000 salvadoreños, a consecuencia de una serie de terremotos que hubo en su país en 2001.

A pesar de haber amenazado con clausurar esos programas, Trump ha ido renovando su vigencia, pero lo ha hecho por corto periodo, como en el caso de los haitianos y salvadoreños. Este mes de enero deberá decidir sobre el futuro de los hondureños.

El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, elevó protestas por el insulto a su nación. El de Honduras, Juan Orlando Hernández , no lo hizo, tal vez escudado en que el nombre del país no había estado en boca de Trump; también pudo contribuir el hecho de que, en un momento en que se cuestiona la limpieza con la que acaba de ganar las elecciones, ha preferido no enemistarse personalmente con la Casa Blanca.

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